Mitterrand admite que la franqueza de Edith Cresson "molesta" a mucha gente

François Miterrand, el presidente francés, reconoció ayer que Edith Cresson "molesta" a mucha gente y atribuyó ese fenómeno al hecho de que la nueva primera ministra "tiene energía y coraje" se preocupa por "las cosas concretas" y habla "con la franqueza del pueblo". "Yo estoy a favor de Cresson", dijo en la conferencia de prensa celebrada con motivo de la fiesta nacional del 14 de Julio. Y añadió que el opositor marroquí Abdelmumen Diuri puede regresar a París "si lo desea".

Conseguir que Francia esté preparada para "la fecha capital" del 1 de enero de 1993, que llegue a esa cita "en condiciones de ganar la batalla de la competencia europea", es, dijo Mitterrand, su gran objetivo personal y la tarea que ha encomendado a Cresson. Se trata de "fortalecer nuestra industria y conseguir una mayor cohesión social".Francia festejó el aniversario de la toma de la Bastilla en un ambiente de crispación política y social. La popularidad del poder socialista está por los suelos a causa de los constantes escándalos políticos y financieros, el incremento del desempleo en los últimos meses y el controvertido estilo de gobierno de Cresson. La ultraderecha gana nuevos adeptos y la derecha democrática está segura de triunfar en las próximas eleccciones.

Más grave todavía, Francia atraviesa una extraña crisis de identidad. La masiva presencia de inmigrantes árabes, africanos y asiáticos en su suelo, el temor al poderío económico alemán, la pérdida de influencia diplomática debida a la hegemonía norteamericana y las angustias despertadas por la construcción europea, explican esa crisis.

En ese ambiente, los legionarios, aviadores y tanquistas franceses de la División Daguet desfilaron ayer con sus uniformes de .color arena por los Campos Elíseos.

Los "héroes del Golfo", como los llamó Le Journal du Dimanche, no recibieron la lluvia de confeti cosechada en Nueva York por sus camaradas norteamericanos.

Más tarde, en la conferencia de prensa del palacio del Elíseo, Mitterrand se declaró contrario a cualquier reducción de los presupuestos militares. "Vivimos", dijo, "en un mundo inseguro, como prueban los acontecimientos en el Golfo y en la propia Europa".

La reciente anulación por el tribunal administrativo de París de la medida gubernamental de expulsión del refugiado político marroquí Abdelmumen Diuri, fue interpretada por Mitterrand como "la prueba de que la democracia funciona bien en Francia".

Diuri -retenido en Libreville por las autoridades gabonesas" puede volver a Francia si lo desea". Sin embargo, Mitterrand volvió a calificarle de "amenaza para el orden público y los intereses de Francia".

Mitterrand lamentó haber empleado a finales de 1989 la expresión "límite de tolerancia" en materia de inmigración. Tal expresión ha justificado la aceptación por el poder socialista de algunas tesis del Frente Nacional, y ha llevado a Cresson a proponer el uso de vuelos charter para expulsar del país a los inmigrantes ilegales.

Aunque el presidente Mitterrand respalda la nueva firmeza gubernamental en relación a los inmigrantes clandestinos, afirmó que Francia "necesita trabajadores extranjeros" y se declaró contrario a una política de cuotas por nacionalidades y empleos.