Numerosos narcotraficantes bolivianos se entregan a la policía
La falta de cárceles seguras y la carencia de una salida jurídica y legal para evitar la extradición son dos de los problemas que empieza a afrontar el Gobierno boliviano, desbordado ante lo que parece ser el comienzo de una ola de entregas voluntarias a la policía de presuntos jefes de bandas dedicadas al narcotráfico.
El teniente retirado de la Fuerza Aérea boliviana Erwin Guzmán, considerado el número uno en el tráfico de cocaína, fue el primero en entregarse a las autoridades bolivianas este jueves para que sea la justicia la que "determine su inocencia o culpabilidad". Apenas 24 horas más tarde, otro presunto cabecilla, Jorge Flores Moisés, alias Capiflores o El Turco, pidió garantías para su entrega a la justicia boliviana y aseguró que "hay muchos que quieren entregarse, no importa cuántos años nos vengan encima si estamos con delitos".La oficina antinarcóticos de los Estados Unidos (DEA) considera a Guzmán como el principal narcotraficante del país, ligado al cartel colombiano de Cali, y al mismo tiempo, el menos violento entre los narcotraficantes.
Guzmán publicó ayer una carta dirigida al ministro del Interior, Carlos Saavedra, anunciando su entrega "con gran fe en nuestro sistema jurídico, para que no sea yo, sino la justicia quien determine mi inocencia o mi culpabilidad".
"Considero y sostengo que Bolivia es el único país donde la delincuencia en todas sus manifestaciones es nada comparada a la existente en otras naciones; somos ciudadanos amantes de la tranquilidad y de la paz social", añade la carta.
Fuentes gubernamentales señalaron que Guzmán se puso en contacto con las autoridades hace dos semanas para negociar su entrega a condición de no ser entregado a EE UU.
El Gobierno boliviano se ha resistido a las presiones del embajador de EE UU, Robert Gelbard, a firmar un nuevo tratado de extradición en reemplazo del de 1901, suscrito para reclamar a Butch Cassidy, que no contempla los delitos de narcotráfico y terrorismo.
