El arzobispo Yanes dice que "el peligro del totalitarismo" anida en el Gobierno

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Elías Yanes, dijo que "el Estado en España tiene un enorme poder", y que en el PSOE "anida un peligro de totalitarismo", según manifestó en el curso que sobre Iglesia y democracia organizado por la Complutense, se celebró el pasado miércoles en El Escorial. Las palabras del también arzobispo de Zaragoza son especialmente representativas del punto de vista de buena parte de los obispos españoles, que ven en el PSOE un oponente que da vía libre a la entrada del laicismo en la sociedad española.Yanes, que en su intervención de anteayer integró a Gobierno y Estado en un mismo concepto, expuso que "el Estado, además de los tres poderes clásicos, es un enorme poder económico, un enorme poder de penetración en los medios de comunicación social y un poder para colocar a los partidarios del partido gobernante. Todo ello le da capacidad para una omnipresencia en la sociedad que va mucho más allá de lo que es la función estricta del poder político y le da posibilidad de convertirse en el factor determinante que configura la cultura de la sociedad; en el fondo anida un peligro de totalitarismo".

El episcopado, según su vicepresidente, ha asimilado la democracia, aunque tal vez no se vea así desde el exterior: "Quizá los gobernantes están jugando con el equívoco Estado-Gobierno o partido en el Gobierno; quizá los eclesiásticos no hemos sabido transmitir esa actitud de defensa de la democracia".

El también arzobispo de Zaragoza hizo votos por un incremento de la vida asociativa que haga frente a "la omnipresencia del Estado" y propuso las "instituciones intermedias" propuestas por la doctrina social de la Iglesia, y de la que se ha hecho eco algún documento de los obispos españoles.

Yanes reconoció que parecía que sólo encontrase "motivos de lamentación" después de haber arremetido contra "el uso sectario que hace el Estado de los medios de comunicación y de la televisión, que ha utilizado para atacar a la Iglesia, ridiculizarla y hacer un permanente instrumento de conflicto".