El juicio laboral de Van Schouwen aporta nuevas pruebas que vinculan a Carlos Navarro con Filesa
La vista de la demanda laboral de Carlos van Schouwen -el ex contable de Filesa, Malesa y Time Export- contra estas empresas aportó ayer nuevas pruebas y declaraciones que relacionan al diputado socialista Carlos Navarro con esas firmas dos años después de que vendiera sus acciones en Time Export. La vinculación de Navarro con el entramado de sociedades presuntamente vinculadas a la financiación irregular del PSOE centró el interés de la vista, celebrada ayer en el Juzgado de lo Social número 1 de Barcelona, pese a ser un aspecto marginal en la reclamación de cantidad planteada por el ciudadano chileno.
Las nuevas pruebas son tres telefax enviados por Van Schouwen a Navarro en 1990 y 1991, tanto a la sede de Filesa en Madrid como a la del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, pidiéndole ayuda para agilizar los trámites de obtención del permiso de residencia. En estos fax el chileno alude a conversaciones previas mantenidas con el diputado sobre este asunto.Van Schouwen explicó que como consecuencia de estos requerimientos Navarro le concertó una cita en marzo pasado -a través del gobernador civil de Barcelona, Ferran Cardenal- con un alto funcionario del Gobierno Civil, llamado Esteban Alvarez, quien le ayudó a obtener la exención de visado. Ésta le fue concedida en abril pasado, cuando las relaciones del chileno con estas empresas ya se había roto.
Al juicio no comparecieron ni Carlos Navarro ni Alberto Flores, hermano de la dirigente del PSOE Elena Flores y accionista de esas sociedades. Ambos estuvieron representados por letrados. La abogada de Navarro, Isabel Garcia de la Torre, trató de que la magistrada Carmen Quesana López anulara la citación de Navarro como demandado, con la alegación de que éste se desvinculó de Time Export a mediados de noviembre de 1988, cuando vendió sus acciones. Esta letrada dijo que Navarro se limitaba a visitar esporádicamente en su despacho a Luis Oliveró -accionista y administrador único de las tres empresas- porque eran parientes y mantenían unas excelentes relaciones.
El abogado de las empresas, Pablo Jiménez de Parga, trató de evitar que se utilizaran en el juicio los documentos que Van Schouwen se había llevado de las oficinas alegando que está presentada una querella contra él por un delito de descubrimiento y revelación de secretos de las empresas. La magistrada rechazó esta impugnación porque la querella aún no ha sido admitida a trámite.
"Visitas semanales"
En su declaración, Oliveró admitió de forma indirecta que Navarro seguía acudiendo periódicamente a la sede de Filesa en Barcelona. La abogada de Van Schouwen le preguntó si recordaba una entrevista entre éste y el diputado "en una de las visitas semanales" que Navarro hacía a la empresa. Oliveró dijo que no recordaba. La magistrada intervino para preguntarle si "consideraba improbable" que dicho encuentro se hubiera celebrado. Oliveró contestó que no lo consideraba improbable.
Otra de las pruebas aportadas en el juicio es un fax de Oliveró a Navarro informándole de un asunto relacionado con Aparthotel Aguamar (Viajes Ceres). "¿Por qué le informaba sí no era de la empresa?", preguntó la magistrada. Ante las dudas de Oliveró, la juez repreguntó: "¿Le consultaba a título familiar?". "Sí", contestó el administrador de Filesa. "¿Le consultaba cómo llevar la empresa?", volvió a preguntar la magistrada. "De cómo llevar la empresa, no, pero me podía harcer sugerencias", contestó Oliveró, quien añadió que consideraba normal informar a personas interesadas.
La acusación presentó también como prueba de la vinculación de Navarro con estas sociedades una nota manuscrita de la secretaria de Oliveró en la que comunicaba a Van Schouwen unas instrucciones de "C. N." (Carlos Navarro, en opinión del chileno) para confeccionar unas facturas aparentemente falsas. La secretaria, que había sido citada como testigo, no compareció, y volvió a ser citada para el próximo jueves. El abogado Jiménez de Parga anunció que presentará un certificado médico que demuestre que está enferma.
Los contenedores
También se presentó como prueba un documento firmado por Navarro en el que reconoce haber recibido de Time Export un juego de llaves de las oficinas de Barcelona. El recibo está fechado el 7 de noviembre de 1988. Una semana después, Navarro vendió sus 400 acciones a una peseta cada una.
Los demandados negaron que Van Schouwen hubiera realizado un estudio sobre importación y comercialización de contenedores. El chileno reclama 25 millones de pesetas que afirma que le adeudan por este trabajo y asegura que parte del estudio fue vendido en 1989 al Banco Bilbao Vizcaya por 84 millones de pesetas. Oliveró aseguró ayer que el estudio vendido al BBV fue realizado por una empresa externa. Sin embargo, en la declaración anual de operaciones correspondiente a ese año presentado a Hacienda, no consta la compra de estudios a terceros.
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