Nelson Mandela pide al ANC que trate de ganarse la confianza de las minorías raciales surafricanas
La nueva ejecutiva del Congreso Nacional Africano (ANC) que codirige la transición hacia una Suráfrica no racista ofrece una equilibrada relación de fuerzas entre pragmáticos y militantes, bajo la presidencia de un Nelson Mandela que ha vuelto a mostrarse como un líder realista y honrado, dispuesto a enfrentarse con el temor de la minoría blanca a ser aplastada por la mayoría negra. Mandela ha pedido al ANC que redoble sus esfuerzos para ganarse la confianza de las minorías raciales.
ENVIADO ESPECIAL
La lista de los 50 miembros que quedaban por elegir para la ejecutiva del ANC ha dado el curioso resultado de ofrecer una práctica alternancia entre radicales y pragmáticos. Tras la elección el viernes de la cúpula realista del ANC, Chris Hani, líder de Umkhoto we Sizwe, el brazo armado del ANC, consiguió el mayor número de votos de entre los más de 2.200 delegados, seguido muy de cerca por Thabo Mbeki, encargado de las relaciones exteriores del ANC y hombre que encandila a las cancillerías occidentales. Ambos representan dos concepciones distintas de lo que debe ser el ANC.El anuncio de la elección de Hani y Mbeki fue acogido con grandes muestras de satisfacción entre los delegados, que también recibieron con grandes aplausos otros nombramientos, incluido el de la controvertida Winnie Mandela pendiente de una apelación a una condena de seis años de cárcel por complicidad en un asesinato-, que obtuvo el puesto 26, por detrás de otras tres mujeres, una posición muy deslucida para la presunta madre de la nación, pero que indica que cuenta con seguimiento entre las bases más radicales del ANC.
Presencia comunista
En total, casi la mitad de la nueva ejecutiva está integrada por miembros del partido comunista (SACP), que copa seis de los 10 primeros puestos. Hani es miembro del SACP, y Joe Slovo, su secretario general, obtuvo el tercer puesto. Esta alianza con el partido comunista no termina de satisfacer a todo el ANC, algunos de cuyos miembros ven en ella el elemento que contribuye a restarle apoyo en el conjunto de la población. Mandela ha defendido la alianza y se ha comprometido a mantenerla en el futuro inmediato.Para los blancos de Suráfrica, el comunismo es la peor de las desdichas y el estalinismo de que hacen gala algunos de losmiembros del SACP les produce pánico. El presidente del ANC reconoció en su discurso de clausura que hay mucho por hacer para eliminar el miedo de los blancos a la Suráfrica que viene. "La mayoría de los africanos [negros] de este país no tiene en cuenta a los grupos minoritarios", dijo Mandela. "Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para conseguir la confianza de las distintas secciones de gente de este país, algo con lo que por el momento no contamos". Un reciente sondeo de opinión reveló que el ANC no cuenta con ningún apoyo solvente entre los blancos y que sólo un 2% de ellos quizás llegara a votarle en unas futuras elecciones.
Mandela entonó un mea culpa cuando reconoció que estaban justificadas las críticas a la dirección saliente por no consultar con las bases el contenido de las negociaciones con el Gobierno y se comprometió a dar satisfacción en el futuro a esas exigencias.
El líder del ANC también insinuó que sus llamamientos a la comunidad internacional para que mantenga las sanciones económicas contra Suráfrica tienen cada vez menos eco, y dijo que, aunque las sanciones han de mantenerse, el ANC deberá hacer derroche de flexibilldad e imaginación para evitar que esas apelaciones queden en agua de borrajas.
En esa línea de pragmatismo que medios diplomáticos destacados en Durban han acogido con satisfacción y optimismo, Mandela indicó que las acciones de masas (huelgas, marchas, manifestaciones) habrán de tener en cuenta la delicada situación económica del país.
Nelson Mandela va a visitar España dentro de dos semanas, en un viaje que también le va a llevar a Latinoamérica. En Madrid almorzará con el Rey y con Felipe González, según el programa no definitivo de la visita, y en Barcelona recorrerá las obras de las instalaciones para los Juegos Olímpicos. Marcelino Camacho, cabeza de la delegación española que asistió al congreso del ANC junto a delegaciones de 50 países, decía el sábado estar satisfecho por haber podido asistir al final de su vida a la caída del último bastión de inhumanidad que quedaba en el mundo.
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