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Craxi echa un cable al jefe del Estado en la clausura del congreso socialista

Juan Arias

El secretario del Partido Socialista Italiano (PSI), Bettino Craxi, afirmó ayer que si no se resuelve el enfrentamiento entre la presidencia de la República y la Democracia Cristiana (DC), los socialistas se decantarán abiertamente por el jefe del Estado, Francesco Cossiga. El líder socialista realizó esta afirmación en su discurso de clausura del 46º Congreso del PSI, celebrado en la ciudad de Barí para conmemorar los 15 años de su liderazgo. Craxi señaló que la DC debe decir ahora abiertamente si lo que está buscando es desencadenar una crisis de Gobierno, que los socialistas consideran "peligrosísima" porque, afirman, tendría carácter "institucional".

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Craxi comenzó el congreso a la defensiva, ya que fue criticado -por primera vez en sus 15 años de liderazgo- por la izquierda socialista, que no ve con buenos ojos que el partido siga colaborando en el Gobierno con los democristianos. Ese sector, que ha pedido que el PSI pase a la oposición para articular una alternativa progresista que se oponga a la eterna DC, ha concluido, finalmente, haciendo un vigoroso llamamiento a la unidad interna del socialismo y atacando duramente al primer ministro, Giulio Andreotti, símbolo y emblema de la DC.Craxi ha subrayado que el PSI tiene el deber de ser Fiel a su empeño frente a los electores de "asegurar la gobernabilidad al país", como ha venido haciendo en estos años, y que por eso deseaseguir en el Ejecutivo con los dernocristianos. Sin embargo, adviltió a la DC de que esa participación no será prestada "a cualquier precio", y que si ésta se empeña en mantener su proyecto de reforma de la ley electoral por el sistema mayoritario, el PSI miciaría una guerra contra la iniciativa.

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El secretario socialista respondió a la izquierda de su partido señalando: "La unidad deberá realizarse, pero hay que tener paciencia, ya que ello no depende sólo de los socialistas". El vicepresidente del Gobierno y ministro de Justicia, el socialista Claudio Martelli, se colocó como mediador entre el sector favorable a seguir en el Gobierno (Craxi y el ministro de Exteriores, Gianni de Michelis) y la izquierda (representada por Claudio Signorile y Giorgio Ruffolo). Martelli afirmó que una fecha ideal para llegar a la unidad con los ex comunistas de Achille Occhetto y los socialdemócratas podría ser el año próximo, en el primer centenarlo del nacimiento del Partido Socialista Italiano.

En este congreso ha quedado claro que la izquierda del partido -aplastada por la fuerza del craxismo- ha resurgido con vigor. Claudio Signorile recibió más aplausos que el líder del partido, y Achille Occhetto fue saludado con más entusiasmo que el secretario democristiano, Arnaldo Forlani. Y Ruffolo, ministro de Medio Ambiente, fue ovacíonado cuando dijo: "Está creciendo en Italia una exigencia: la de la ecología política. No porque estén sueltos más corruptos y sinvergüenzas que ayer, sino porque la gente ya no está dispuesta a dejarse engañar por los políticos".

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