La nueva ley de arrendamientos agilizará el desalojo de inquilinos morosos

La nueva Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) arbitrará fórmulas para agilizar el desalojo de los inquilinos que no paguen, según fuentes de la Administración.

Este es uno de los aspectos prioritarios sobre los que están trabajando el Ministerio de Obras Públicas y Transportes y el de Justicia. La fórmula de adaptación de la rentas congeladas y la eliminación total o parcial de las subrogaciones son otros de los ejes básicos de esa reforma.

Una de las bases sobre las que se sustenta la política de vivienda que quiere adoptar el Gobierno socialista es la reforma del mercado del alquiler. Esta reforma tiene dos pilares: la derogación del decreto Boyer y la elaboración de una ley que sustituya a la LAU.

La nueva ley, sobre la que están trabajando Justicia y Obras Públicas y Transportes, tendrá como uno de los objetivos prioritarios agilizar el desalojo de los inquilinos que no pagan los derechos de alquiler.

En la actualidad, según explican fuentes del sector inmobiliario, "los casos de desalojos de inquilinos que no pagan sus alquileres tardan mucho tiempo en resolverse y, en muchos casos, se saldan sin restituir la deuda".

Los técnicos encargados de desarrollar la futura ley de arrendamientos urbanos se están encontrando con el problema de las repercusiones sociales que pueden desatar tanto la eliminación de la subrogación como la adaptación a precios de mercado de las rentas congeladas.

La decisión política está tomada desde el 10 de mayo, pero su ejecución se está ralentizado por la complicada tarea que supone armonizar las diversas situaciones que confluyen en el mercado del alquiler.

La primera gran innovación que se plantea es reducir el efecto de las subrogaciones, es decir del derecho a transmitir una vivienda en alquiler a los familiares directos.