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Reportaje:

La nostalgia saharaui

"Si España nos abandonó fue por arreglos entre Gobiernos, no entre pueblos", dice el ex alcalde Ahmed Brahim

Los antiguos miembros de la Asamblea de Ancianos Saharauis en tiempos de la colonia española en el Sáhara Occidental (Yemáa) aseguran que sería una "gran alegría" para su pueblo que España se decidiese a participar en las fuerzas de los cascos azules, que, según el plan elaborado por la Organización de las Naciones Unidas, deberán vigilar el desarrollo justo y libre de un referéndum que decidirá en los próximos meses la independencia del Sáhara o su integración definitiva en el reino de Marruecos.

Suilem Ahmed Brahim, que fue alcalde de Villa Cisneros (ahora Dajla) y miembro de las antiguas Cortes españolas, no entiende que España justifique su no participación en el cuerpo de cascos azules de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental por el temor de suscitar recelos entre las dos partes del conflicto, el Frente Polisario y Gobierno marroquí."¡Desde luego no será porque tema algo de nuestra parte!", asegura el anciano, ataviado con una majestuosa draa (túnica) de color blanco y un turbante de color negro.

"Al contrario, aunque se trate de fuerzas de las Naciones Unidas, que son naturalmente bienvenidas, nosotros preferimos indudablemente que estén en ese momento en el Sáhara fuerzas españolas a las de cualquier otro país", añade.

"Nosotros, los saharauis, no somos fieras y tenemos el corazón limpio; sabemos cómo fue la cosa, y que si España nos abandonó a la ocupación marroquí fue por arreglos entre Gobiernos y no entre pueblos que no tienen culpa de nada", continúa Suilem, en un impecable castellano, mesándose la barba completamente blanca.

"Es cierto que la traición española a los saharauis ha provocado una sucia mancha en la historia; pero las ropas se lavan, se planchan, y las manchas van haciéndose cada vez más pequeñas, hasta desaparecer", añade metafórico.

Suilem, junto a otro venerable anciano, el ex alcalde de El Aaiún, ex vicepresidente de la Yemáa y, al igual que él, antiguo procurador en Cortes Sella Abeida, han participado activamente en las labores del VIII Congreso del Frente Polisario, que se desarrolló durante los últimos días en los campos de refugiados de Tinduf, en el sur de Argelia.

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Durante el desarrollo del Congreso, se trató de aportar los consejos de los ancianos en los debates en los que los saharauis están discutiendo cómo deberá ser el Estado que eventualmente surgirá de un triunfo del sí a la independencia en el referéndum de las Naciones Unidas.

"Queremos volver a casa"

"Nosotros estamos aquí para acabar lo que empezamos en el año 1966, cuando un grupo de notables presentamos a la ONU un documento que defendía la independencia del Sáhara", explica Sullem. "Estamos diciendo a nuestro pueblo que debe unirse y tener las ideas claras porque estamos próximos a una fecha histórica, la del día del referéndum, que esperamos ganar; los años pesan y los de nuestro grupo de notables tenemos todos más de setenta anos y queremos volver a nuestras casas", añade bromeando."También hemos dicho a nuestra gente que las cuestiones internas y las peleas de familias son secundarias, y que hay que unirse espiritualmente; una vez que estemos allá [en el Sáhara, bajo control marroquí] y seamos independientes, habrá que tener buenas relaciones con todos los países vecinos y olvidar el pasado", asegura el anciano.

Al igual que los demás notables que le acompañan en el congreso, Sullem se ha puesto "a disposición de la ONU" para prestar sus servicios en la comisión de identificación de las Naciones Unidas que realizará la tarea de decidir, a partir del censo español de 1974, quién votará y quién no en el referéndum entre todo aquél que reclame ser saharaui.

El primer paso lo desarrollaron el pasado año, cuando un total de 36 chuj (jefes tribales saharauis), tanto de los que se hallan en el exilio bajo la bandera del Frente Polisarlo como de los que se quedaron en los territorios ocupados por Marruecos, se reunieron en Ginebra a instancias de las Naciones Unidas. Fue el primer encuentro celebrado entre ellos desde el estallido de la guerra hace 17 años.

"Va a ser difícil nuestra tarea, porque los que vinieron por parte de Marruecos hablaban de la patria marroquí y de la obediencia al sultán, y eso a nosotros no nos gusta; pero ésta es una familia dividida inJustamente, y ellos son saharauls. Por eso vamos a trabajar para los saharauls", añade Sullem, que encabezó la delegación de notables en el exilio.

Presiones marroquíes

Mientras, algunos de sus compañeros recuerdan las presiones a las que fueron sometidos por parte de los notables que se hallan del lado marroquí y que intentaron alguna maniobra de ablandamiento hacia ellos al hacerse acompañar a Ginebra por algunos de sus parientes queridos que los exillados no veían desde hace muchos años. "Al fin y al cabo no pueden actuar libremente", dice uno de los ancianos disculpándolos.Para Mohamed Alí Sid al Bachir, ex miembro también él de la Yemáa, "si hay garantías de las Naciones Unidas no va a haber posibilidades de trampas", señala al recordar que el Frente Polisario ha preferido sacrificar el voto de su electorado, que no figura en las listas españolas, para no exponerse a falsificaciones del lado marroquí.

"Puedo afirmar con toda seguridad que los notables podemos reconocer a la gente que se inscribió en el censo una por una", añade con Firmeza Mohamed Alí. Este notable asegura también que el referéndum será favorable a la independencia saharaui.

"No tenemos miedo; yo tuve que vivir durante cinco años bajo la ocupación marroquí en la ciudad de Smara. Durante tres años fui miembro del Parlamento marroquí. Pero, al igual que otros muchos, en cuanto un ataque del Polisarlo provocó la retirada de las tropas ocupantes de la ciudad durante unas pocas horas, escapé con el Frente Polisarlo", relata recordando algunos de las episodios vividos por otros conocidos que huían entonces bajo las bombas hacia las filas del movimiento independentista llevando sobre sus espaldas a la madre anciana o los niños.

"Sé cómo pensaba mi pueblo cuando ya estaban los marroquíes", asegura Mohamed Alí, y concluye: "Cada día me llegan pruebas continuas de que, a pesar de los años, siguen pensando de la misma forma, a favor de la libertad".

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