Sectores del Gobierno piden a González el cese del secretario de finanzas del PSOE

La dirección del PSOE pretende que las responsabilidades por presuntas irregularidades en la financiación del partido alcancen como máximo al diputado Carlos Navarro y que en ningún caso dimita el responsable de finanzas socialista, Guillermo Galeote. Entretanto, desde el área económica del Gobierno se intenta convencer al presidente Felipe González de que las medidas deben ser ejemplarizantes y, por tanto, ir más allá de la destitución de Navarro. Esas personas han llevado a su ánimo la idea de que la credibilidad del proyecto socialista se juega en las próximas horas, en referencia a la ejecutiva del PSOE que hoy decide sobre el problema. Por su parte, Galeote ha manifestado su deseo de dimitir, lo que el aparato ha rechazado de momento.

Los ánimos se han caldeado notablemente en todos los ámbitos socialistas ante la reunión que hoy celebrará la Comisión Ejecutiva Federal para tratar por primera vez la presunta financiación irregular del partido, las pruebas que pueden aportar en contrario y las responsabilidades que deben derivarse.Ayer no se podía determinar si hoy se dará por zanjada la investigación o tan sólo un tramo de ella, mientras el hervidero de presiones continuaba tanto en el partido como en el Gobierno. Desde el aparato socialista se mantenía ayer la convicción de que "a la vista de lo investigado" no hay indicios que obliguen a que haya dimisiones, si bien se consideraba prácticamente "inevitable" la destitución de Carlos Navarro como tesorero del grupo parlamentario y tal vez como diputado socialista. Navarro se reunió ayer con el responsable del Grupo Parlamentario Socialista, Eduardo Martín Toval.

La versión procedente del aparato del partido iba aparejada a la pretensión de demostrar que no hay ilegalidad alguna, aunque la existencia de algunas irregularidades" debe provocar alguna medida, pero que no vaya más allá que la destitución del diputado Carlos Navarro.

Posible choque

Ésta es la posición firme de los dirigentes socialistas que llevan la investigación y que hoy van a expresar a su secretario general, Felipe González. Dentro del aparato hay quienes incluso son partidarios de defender, que no haya dimisiones, imbuidos en la tesis de que lo ocurrido tiene que ver con "una campaña exterior". Estos tienen escasas posibilidades de hacer triunfar sus tesis.[Carmen García Bloise, miembro de la ejecutiva del PSOE manifestó ayer a la COPE: "Tendremos que hacer comprender que las cosas las hemos hecho con una cierta lentitud porque hemos preferido tener todos los datos y toda la documentación para no sólo decir, sino demostrar. Quizás esta ausencia de información por nuestra parte es la que está provocando la avalancha de informaciones "contrainformaciones que no sólo rompen el sosiego, sino que están sacudiendo de una manera delicada a todo el estamento que es el partido político mayoritario de este país y, por ende, a la opinión pública que debe estar confusa"].

La posición del aparato de zanjar el asunto con la salida de Navarro es posible que choque hoy con la idea que tenga Felipe González. Sectores gubernamentales atribuyen al presidente la opinión de que, aunque la investigación interna sea favorable al partido, debe haber "medidas ejemplarizantes", que estos sectores traducen en la destitución de Guillermo Galeote. A este respecto, desde el aparato del partido se asegura que el propio Galeote es partidario de dejar "voluntariamente" su puesto y que incluso ya ha aportado "tres modalidades" de dimisión que a su vez han sido rechazadas por los dirigentes.

Desde el Gobierno es donde se aprecia una mayor beligerancia respecto a las medidas que se han de tomar. El ministro de Defensa, Julián García Vargas, manifestó ayer a Efe: "Si de verdad existe financiación irregular, habrá que tomar medidas; y esto lo hará el PSOE". En cambio, la titular de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, declaró a la misma agencia que no cree que el partido esté viviendo una situación grave y que no tiene "ningún dato a favor de la tesis" de que se vaya a acordar la destitución de Navarro o de Galeote.

Lo cierto es que este asunto ha reavivado el mal acallado conflicto interno entre distintos sectores. Desde el aparato se considera que "algunos" quieren aprovechar la situación para cuestionar a la dirección actual que salió del Congreso de noviembre y desde ese lado del partido se vuelve a señalar que Felipe González no hizo el cambio adecuado, ya que los gestos sólo fueron en "un sentido", es decir, con la dimisión de Alfonso Guerra como vicepresidente y la permanencia del ministro de Economía, Carlos Solchaga.

Siempre desde el aparato se presupone a Solchaga una íntima satisfacción por lo que está pasando en cuanto que podría suponer debilitamiento de la actual dirección del PSOE. Esta versión es rechazada por personas de su entorno, que adjudican a Solchaga una "gran preocupación" por lo que pueda ocurrir. Otros ministros consultados ayer en el Congreso niegan que alguien pueda estar satisfecho y repiten que "pase lo que pase, pierden el partido y el Gobierno".

Como en otros momentos conflictivos, tanto los ministros como dirigentes regionales invocan el nombre de González para que oriente la situación y tranquilice al partido que ahora vive un período de "notable arrugamiento", según algunos de estos dirigentes.