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La completa desaparición del 'apartheid' tardará varios años, según De Klerk

La derogación el lunes pasado por el Parlamento surafricano de la última gran ley en la que se sustentaba el régimen de apartheid en Suráfrica supone el desmantelamiento oficial de la segregación racial, pero en modo alguno su desaparición del sistema político y de la vida cotidiana en el país. Para ello, será necesaria la promulgación de una nueva Constitución no racista, que, según pronosticó el presidente Frederik de Klerk, llevará "varios años".

Hasta entonces, la Constitución de 1983, que creó las Cámaras india y mestiza junto a la Asamblea blanca, seguirá en vigor. El objetivo del Gobierno en las negociaciones constitucionales será la concesión del derecho de voto a la mayoría negra en un sistema que proteja a las minorías. Con el argumento de que es necesario evitar una especie de vacío constitucional durante este período transitorio, el poder ha justificado el mantenimiento temporal en el estado civil del código que indica la raza a la que se pertenece.En medios gubernamentales se asevera que la eliminación inmediata de dicha clasificación racial, en la que se basan las listas electorales, imposibilitaría la celebración de eventuales elecciones parciales a los parlamentos blanco, indio y mestizo. No existe una Cámara negra. De este modo, aunque la clasificación racial ha dejado de existir desde el lunes para los recién nacidos, subsiste temporalmente para los ciudadanos ya clasificados.

Por otra parte, si bien los surafricanos son ahora libres de residir y de poseer tierras donde deseen, cualquiera que sea su raza, cada uno de los tres grupos raciales representados en el Parlamento mantiene su propio consejo de ministros para administrar sus "asuntos propios" en educación, vivienda, agricultura, saniad y administración local. La creación de estos asuntos propios" (Own Affairs) era la característica principal, de la Constitución de 1983.

Nelson Mandela, líder del Congreso Nacional Africano (ANC), la organización antiapartheid más importante, expresó su satisfacción por la derogación de la ley de clasificación de la población según la raza, pero insistió en que sus peticiones de disolución del Parlamento tricameral y de la formación de un gobierno provisional no son negociables. Reivindicaciones que el Gobierno de Pretoria rechaza de plano. La desaparición de la mentalidad racista entre la población blanca conservadora requerirá mucho tiempo. Especialmente en los sectores vinculados al neonazi Afrikaner Weerstandsbeweging, cuyos miembros van armados y son muy peligrosos. En la vida cotidiana, poco afectada por la abolición del apartheid, la segregación sigue siendo la regla, al menos en el terreno de la educación, con mucho el más sensible para la minoría blanca. Hasta 1990, sólo las escuelas privadas estaban abiertas a todas las razas.

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