_
_
_
_

Reconquista, pero sin alardes

Escasa presencia militar iraquí en la zona kurda

Ángeles Espinosa

La visita a Dohuk resulta imposible desde Irak. "Váyase por Turquía, allí no necesita visado", responde con ironía el funcionario encargado de las autorizaciones de desplazamiento para los periodistas en Bagdad. La explicación oficial es que temen por la integridad de acompañantes y conductores, pero en el trasfondo se advierte la amargura de saber que un trozo de su país está controlado por tropas extranjeras. A efectos de viaje, el norte de Irak termina en Mosul, al suroeste del Kurdistán.

Incluso en la región recuperada a los rebeldes, el control gubernamental es relativo y se evita presionar los estados de ánimo, aún exaltados. Las gigantescas imágenes de Sadam Husein destruidas durante la revuelta de no han sido reemplazadas.Sólo al descender hacia Arbil, la capital de la región autónoma kurda, la presencia militar se hace evidente. A ambos lados de la carretera, soldados, tanques y tiendas de campaña recuerdan quién manda en la región.

Arbil, que en caldeo significa "ciudad de los cuatro dioses", parece abandonada por todos ellos. La ciudad, con una población estimada de medio millón de habitantes, presenta un aspecto patético. A mediodía apenas se ven unas decenas de personas por el centro. En el zoco que hay a las faldas del castillo, parejas de soldados patrullan en una imagen que recuerda a los del Ejército israelí por las calles de la ciudad vieja de Jerusalén.

Las persianas de las tiendas están echadas y en los escasos lo cales abiertos los tenderos esperan sin éxito la llegada de clientes.

-¿Qué tal va el negocio?-Ya ve, no hay nadie, la gente aún no ha vuelto.El interlocutor señala las montañas y su gesto subraya un vacío que desmiente al Gobierno. Según las estimaciones oficiales, un 90% de la población ha regresado a Arbil. El último boletín interno del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) afirma, sin embargo, que a finales de mayo apenas 300.000 iraquíes habían regresado a sus hogares desde Turquía y la República Islámica de Irán.

Garantías

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

De acuerdo con el citado organismo internacional, "una gran proporción de las 200.000 personas que permanecen en la frontera con Turquía no desean trasladarse ni a los campamentos de tránsito existentes ni a sus regiones de origen hasta que se les pueda ofrecer más garantías de seguridad y protección, o se alcance un acuerdo entre sus dirigentes del Gobierno de Irak" Otros 1,4 millones de personas esperan en Irán.Aunque por su vocación de imparcialidad el ACNUR no hace alusiones directas al carácter kurdo de la mayoría de los refugiados, no cabe duda de que cuando se refiere a "sus dirigentes" se trata del Frente de Liberación del Kurdistán. Una delegación de éste, encabezada por Masud Barsani, se trasladó a finales de abril a Bagdad para ultimar los detalles de un preacuerdo de autonomía alcanzado el mes anterior.No parece que las negociaciones hayan avanzado mucho desde entonces. Pese a que las informaciones son confusas, algunas fuentes incluso hablan de fracaso. Ya hace dos semanas que Barsani y el equipo que le acompañaba se hallan en paradero desconocido. Inicialmente, en medios oficiales se atribuyó esta repentina salida de escena a la necesidad de que los kurdos fueran a consultar a su gente. Sin embargo, más tarde fuentes oficiales y kurdas aseguraron que el grupo sigue en Bagdad.

"Como advirtió el propio Barsani, no se puede esperar que un problema de años se solucione en un par de días", manifiesta un periodista iraquí que aguarda unas largas negociaciones. Mientras tanto, incidentes aislados siguen salpicando la crónica de sucesos de la región: un camión militar quemado la semana pasada en Arbil, dos militares muertos el lunes tras una manifestación en Kirkuk, etcétera. Son retazos de una información parcial transmitida de boca a boca y siempre desmentida por el Gobierno.

Lo que las autoridades no pueden borrar son los eslóganes proindependentistas y revolucionarios que llenan las paredes del Kurdistán. Arbil está llena de ellos, aunque, salvo en los aledaños del edificio del Gobierno autónomo, no hay grandes signos de enfrentamientos con las fuerzas iraquíes.

Un problema de mapas

"El problema esencial ahora es delimitar el territorio de la región autónoma", explica un periodista iraquí sobre el estado de las negociaciones entre el Gobierno y los kurdos. "Se podría decir que están dibujando el mapa", añade. En su opinión, ésta es la razón por la que desde hace dos semanas la delegación que dirige Masud Barsani ha dejado el hotel Al Rachid.La región autónoma kurda establecida en los acuerdos de 1970 incluía las provincias de Dohuk, Arbil y Suleimaniya, pero excluía a Al Taamim (capital, Kirkuk) y Nínive (capital, Mósul). Los kurdos reclaman ahora estas dos últimas, ya que aducen que su presencia en ellas es mayoritaria. Esto, que es cierto para la región oriental de Ninive, resulta motivo de conflicto en Mósul, con un alto porcentaje de árabes musulmanes, y hacia el suroeste de la capital, poblado de forma mayoritaria por cristianos. El caso de Kirkuk es más complicado. Fuentes oficiales aducen la presencia no sólo de población árabe, sino de una minoría turcomana.

En el trasfondo se encuentran los campos petrolíferos, de los más importantes del país.

No es el único problema de mapas que afrontan estos días los funcionarios iraquíes. En todos los departamentos se afanan en retirar todas las cartas geográficas que incluían la 19ª provincia (Kuwait).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_