El presidente del Tribunal de Cuentas pide reformar la ley de financiación de partidos

J. G. I.El presidente del Tribunal de Cuentas, Adolfo Carretero, manifestó ayer que "posiblemente sea conveniente" una reforma de la legislación sobre financiación de partidos políticos para establecer más transparencia sobre los ingresos y los gastos de las fuerzas parlamentarias. Carretero opinó, a título personal, que "es bueno reformar todo lo que sirva para aclarar la financiación" de las organizaciones políticas.

El máximo representante del Tribunal de Cuentas rehuyó, en cambio, adelantar ayer cualquier comentario sobre presuntas irregularidades en la financiación electoral del PSOE. Carretero se limitó a señalar que ninguno de los datos recogidos a partir de la investigación encargada por el fiscal general del Estado están en manos del fiscal del Tribunal de Cuentas y no serán remitidos al pleno de este organismo hasta que hayan concluido las indagaciones fiscalizadoras. Tras recordar que en las cuentas examinadas hasta ahora por el citado -tribunal no han aparecido anomalías en la financiación del PSOE, Carretero aventuró que el resultado de la auditoría que realizará el Tribunal de Cuentas estará terminada "en un plazo razonable, lo que supone que no estará en 15 días pero tampoco en un año. Tardará lo que es normal en cualquier otra auditoría, es decir, unos meses".

El presidente de este organismo resumió la opinión del alto tribunal en una "aprobación con salvedades" de las cuentas del Estado.

Carretero matizó que el examen realizado por el Tribunal de Cuentas aprecia múltiples deficiencias en la contabilidad del Estado de 1987 pero que en modo alguno deben dar una impresión de que existe un caos contable.

El presidente del Tribunal confirmó que la empresa nacional Bazán obtenía desgravaciones fiscales que luego transfería al cuartel general de la Armada y que esta empresa utilizó "fondos de maniobra" en base a una legislación de dudosa vigencia. Adolfo Carretero indicó a este respecto que la "caja B detectada en la empresa nacional Bazán supone una irregularidad contable pero no una malversación, mientras que reconoció que pueden existir indicios de irregularidades en las cuentas del cuartel general de la Armada.