Comunicar, arma contra los desastres
España carece de planes adecuados de información en las catástrofes
Los accidentes nucleares que se han producido hasta ahora en España, especialmente el de la central de Vandellós (octubre de 1989), han demostrado que la Administración carece de planes adecuados de información en materia de riesgos. Este ejemplo puede aplicarse también a las industrias químicas, al traslado de mercancías peligrosas e incluso a los desastres naturales, según los expertos.
Así se ha puesto de manifiesto en el curso Comunicación de riesgos que se celebra en el recién constituido Instituto Euroamericano de Cultura, Ciencia y Comunicación de la Universidad de Alcalá de Henares."Después del accidente de Vandellós la información se convirtió en un elemento intranqulizador", explica Andrés García, técnico del Centro Europeo de Investigaciones e Información a la Población (CEISE). "Mientras que otros accidentes de la industria petroquímica como el de Repsol había producido pánico, en el de Vandellós la población se enteró después por los medios de comunicación y produjo indignación".
Según este y otros cjemplos que ponen los expertos España carece de planes de información de riesgos o son muy escasos "ya que la Administración es muy pasiva o sólo actúa improvisando cuando ocurre algo, lo cual denota una actitud irresponsable". García, que ha estudiado específicamente el tema de Vandellós, ha señalado que la ineficacia de la Administración frente al riesgo suele traducirse en una información vacía de contenido, "usa coletillas tranquilizadoras, porque no controla el suceso y repite hasta la saciedad el mismo mensaje".
La legislación española estipula que sea la Administración la que, con la colaboración de los industriales, se responsabilice de la informacion a la población de los planes de emergencia en situaciones de alto riesgo, así como de ofrecer en general la debida información en situaciones de emergencia y también como medida de prevención. "La ausencia de información en estos casos", señalan los especialistas que participan en el curso, "provoca reacciones espontáneas inadecuadas por parte de la población afectada, situaciones, desestabilizadoras, de pánico, rumores, que desembocan en una falta de confianza y credibilidad hacia las autoridades y hacia la industria". "En contrapartida, debe informarse de forma obligatoria a la población potencialmente afectada la información debe ser activa", añaden.
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