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Francia anuncia su adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares

El Gobierno francés anunció ayer su adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), y puso así punto final a una oposición, desde tiempos del general De Gaulle, que se justificaba en razón de la independencia nacional. La decisión francesa convierte a China en la única potencia nuclear reconocida que todavía no ha suscrito ese tratado. Al mismo tiempo, el palacio del Elíseo, sede de la presidencia de la República Francesa, hizo públicas las líneas generales de un plan de desarme global elaborado por el presidente François Mitterrand.

El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares -elaborado y aprobado entre 1968 y 1970- establece el cierre a cal y canto de las puertas del restringido club de potencias en posesión de armas nucleares o de los elementos necesarios para su fabricación.La Francia gaullista rechazó firmar un acuerdo que interpretaba como una imposición de EE UU y la URSS; la China maoísta tuvo la misma reacción. En la práctica, Francia ha aplicado en las últimas dos décadas los términos del TNP y nunca ha podido ser acusada de haber facilitado a terceros armas nucleares o elementos capaces de fabricarlas. Más dudosa, en cambio, ha sido la actitud de China y también la de países como Israel, África del Sur, la India o Pakistán, que no son firmantes del TNP y han realizado y realizan toda clase de esfuerzos para constituir un arsenal nuclear.

La decisión francesa, de gran importancia simbólica fue anunciada en la mañana de ayer por el secretario general del Elíseo, Huber Vedrine, y se sitúa en el marco del plan global de desarme que Francia acaba de proponer a los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El próximo julio, en la conferencia sobre desarme que se celebrará en París, los franceses desean discutir sus propuestas con norte americanos, soviéticos, chinos y británicos.

El plan francés es mucho más amplio y ambicioso que la propuesta de desarme en Oriente Próximo efectuada recientemente por el presidente norteamericano, George Bush. Según informó Hubert Vedrine, el plan francés, elaborado personalmente por Mitterrand, "aspira a tener en cuenta el común interés que los países del Sur y del Norte tienen en el desarrollo y la seguridad". Sus objetivos, dijo Vedrine, son "ambiciosos", pero "realizables".

De entrada, ese plan establece como objetivos inmediatos la prohibición y destrucción en todo el mundo de todas las armas químicas y bacteriológicas ahora existentes. En cuanto a los actuales arsenales nucleares, éstos deberán ser reducidos al mínimo estrictamente necesario para mantener la capacidad de disuasión de sus poseedores. Los satélites civiles y militares tendrán que obedecer a un "código internacional de buena conducta" elaborado conjuntamente.

Francia, tercer exportador mundial de armamentos, se adhiere a la idea de controlar estrictamente ese negocio. En concreto, Mitterrand sostiene plenamente la idea del primer ministro británico, John Major, de crear un "registro internacional de la venta de armas". El secretario general de la ONU sería el depositarlo de ese registro.

En opinión de Mitterrand, los esfuerzos actualmente desplegados en Oriente Próximo para intentar limitar las armas de destrucción masiva deben extenderse a otras zonas del mundo. El plan presentado ayer propone la generalización en todo el planeta de acuerdos regionales inspirados en el modelo de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Esos acuerdos contemplarían la creación de "agencias regionales de transparencia", cuya misión consistiría en reunir todas las informaciones sobre las capacidades y movimientos de las fuerzas armadas de los países firmantes. Tales agencias podrían tener acceso a las informaciones de los satélites de las grandes potencias.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, elogió la nueva iniciativa francesa sobre desarme y expresó su confianza en que otros países sigan su ejemplo y firmen el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), informa la agencia Reuter desde Bruselas. "La decisión francesa es particularmente bienvenida", dijo. El Gobierno alemán también reaccionó positivamente a la nueva propuesta gala que, según dijo su portavoz, Dieter Vogel, coincide con la política oficial de Bonn.

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