El sueño dorado de Occidente

Cinco países occidentales constituyen el sueño dorado a donde los emigrantes del Este quisieran ir: Canadá, Australia, Alemania, Austria y Estados Unidos, de acuerdo con el orden por el que son citados por los encuestados. Estos consideran que son los países que ofrecen mejores condiciones de acogida y estancia aunque hay otros a los cuales también irían.Para los húngaros, los países de preferencia para emigrar son Alemania, Austria, Estados Un¡dos, Australia y Canadá; para los checoslovacos, Canadá, Alemania, Austria, Estados Unidos y Australia; para los polacos, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Austria y Francia, y para los rusos, Estados Unidos, Francia, Israel, E'scandinavia, Suiza, Canadá y Australia.

En otros términos, los húngaros y los checoslovacos parecen compartir el sueño de emigrar lejos de sus países y el pragmatismo de la emigración muy próxima. Los polacos se inclinan más hacia los países en donde las comunidades polacas son tradicionalmente numerosas.

Los rusos son los más dispuestos a emigrar durante, un mayor periodo de tiempo. El 46% lo haría al menos durante algunos años. Los checoslovacos, los húngaros y los polacos parecen favorecer un estilo de emigración que no rompa los lazos con el país de origen. El 38% de los checoslovacos y el 33% de los polacos volvería a su país si se decidieran a emigrar.

Los checoslovacos y los polacos son los más numerosos en decir que si. emigrasen irían a reunirse con parte de la familia que ya vive en el extranjero.

Menos contactos

Por el contrario, los húngaros (61%) y los rusos (49%) afirman que sí tuviesen que emigrar lo harían más bien sin ninguna relación familiar en el país de destino. Desde el punto de vista emigratorio aparecen con menos contactos en el exterior.

En todos los países objeto de la encuesta los emigrantes potenciales prefieren llevarse con ellos a sus familias. No obstantejos checoslovacos y los polacos se manifiestan particularmente dispuestos a emigrar solos, y esto quizá es debido a que tienen más relaciones familiares en el extranjero que los demás.

De acuerdo con el sondeo, es un hecho que la emigración o su deseo disminuye con la edad. Los más dispuestos a salir de su país son los jóvenes menores de 25 años, aunque también la población de menos de 35 años.

En todos los países objeto de la encuesta, los jóvenes de esas edades son quienes conocen más gente de su entorno que ha emigrado o tiene la intención de hacerlo; ellos son siempre los primeros en dar la razón a los que emigran y se espera que sean los más numerosos a la hora de abandonar su país en busca de mejor fortuna.

Las razones de los jóvenes para emigrar están ligadas más claramente que en las demás categorías de edad a las perspectivas económicas que les ofrecen los países industrializados.

Los jóvenes son asimismo más favorables a estancias más prolongadas en el extranjero, salvo en el caso de Hungría.

Los jóvenes con estudios superiores son quienes conocen a más personas que han emigrado en los últimos años o que tienen la intención de hacerlo. Sin embargo, no todos juzgan por igual esta huida de cerebros. En Hungría y en Polonia, no son más numerosos que la media nacional en dar la razón a los que emigran. En todos los países, los menos instruidos son quienes contemplan con mayor severidad a los que emigran y quienes expresan un menor deseo de emigrar.

Los jóvenes también están dispuestos a expatriarse para alcanzar un mejor nivel de vida, lo mismo que las demás categorías de edad. Ponen por delante la calidad de vida, la educación y el trabajo interesante.

En cuanto a la libertad de expresión, se invoca esta razón emigratoria un poco más entre los jóvenes de Hungría y Rusia que entre la de los demás países objeto del sondeo.