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Espaldarazo español al régimen de Túnez, acosado por el islamismo

España dará un espaldarazo al presidente de Túnez, Zin Ben Alí, con la firma, durante su estancia en Madrid, de tres acuerdos, uno de ellos de cooperación económica y financiera, que conlleva la concesión de un crédito de 100 millones de dólares (unos 10.000 millones de pesetas), la mitad blando, es decir, en condiciones más ventajosas que las del mercado, según indicaron fuentes; diplomáticas. Los otros dos acuerdos conciernen a la cooperacion científico-técnica y a la cultura.

Acompañado por sus ministros de Exteriores y de Agricultura, Ben Alí inicia hoy, lunes, su primera visita de Estado a España, que, a lo largo de sus 48 horas de duracion, incluye el clásico almuerzo privado con los Reyes, la tradicional cena de gala en el palacio de Oriente, dos rondas de conversaciones con el presidente Felipe González y sendas visitas al Congreso de los Diputados y al Ayuntamiento. El anterior presidente, Habib Burguiba, vino a ver dos veces al general Franco en 1957 y 1968.A pesar del descubrimiento, la semana pasada, de un compló en el que están involucrados un centenar de militares con vistas a derrocarle e instaurar -un regimen confesional teocrático-, Ben Alí ha mantenido el viaje porque necesita el respaldo europeo para hacer frente a las consecuencias de la guerra del Golfo para su país: cese de la ayuda financiera de las monarquías petroleras, interrupción de las importaciones de crudo iraquí a buen precio y caída en picado del turismo.

El presidente del movimiento islámico Ennahdha Rached Ghannuchi, desmintió rotundamente desde su exilio en París haber fomentado un golpe de Estado (véase EL PAÍS del pasado 23 de mayo).

La aparente fragilidad política de Túnez y un relativo desconocimiento del país explican el bajísimo nivel de la inversión española en ese país magrebí (88 millones de pesetas en 1990), mientras, desde 1989, el flujo turístico español disminuye (16.540 turísticas en 1990). Aunque escaso y en recesión, el comercio bilateral es favorable para España, con un superávit el año pasado de 5.832 millones. La deuda tunecina con España asciende a 11.600 millones de pesetas.

Entre los proyectos que, gracias a los créditos blandos, las empresas españolas intentan efectuar en Túnez, destaca por su importancia el que tiene pendiente la empresa Cobra, consistente en la electrificación de varias zonas del país por valor de 1.350 millones de pesetas. La empresa CASA pugna también por vender dos aviones CN-235 a la Fuerza Aérea tunecina.

La constructora Dragados intenta, por último, cobrar deudas por un importe que ronda los 4.000 millones de pesetas. Los tunecinos tienen también quejas por las trabas que pone la Administración española para homologar el cemento que intentan exportar a la Península.

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