Irán y Arabia Saudí quieren aumentar la producción de petróleo y mantener los precios estables
Seis ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), una decena de delegados gubernamentales de Estados productores independientes y consumidores y numerosos representantes de la industria del petróleo participarán en la conferencia que se inaugura hoy, lunes, en la ciudad iraní de Isfahan. La reconstrucción del país que continúa, tras ocho años de una terrible guerra, exige a los responsables iraníes tener garantías de precios estables en sus previsiones.Con el crudo del que fue su enemigo, Irak, todavía fuera del mercado por el embargo decretado por la ONU, y con la imposibilidad de Kuwait de producir, ya que sus pozos continúan ardiendo, los intereses iraníes se encuentran ahora más alineados con Arabia Saudí y los poseedores de reservas e infraestructuras adecuadas para producir más crudo pero dentro de un mercado estable. La estabilidad del mercado, afirman los iraníes, conviene a todos, productores y consumidores y es necesario alcanzarla mediante el diáIogo, aunque se opongan a ella los de los principales productores independientes, Estados Unidos y el Reino Unido, que alegan siempre temer la intervención contra las fuerzas libres del mercado.
Además de los ministros iraní y saudí, los representantes de Argelia, Indonesia, Nigeria y Venezuela, expresarán el apoyo al que ya es segundo productor y exportador de la OPEP con unos 3,5 millones de barriles diarios. Con Irak fuera de la escena, saudíes e iraníes son los países clave en el establecimiento de la política de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Es importante la presencia del ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Hisham Nasser, ya que es la primera visita de un ministro saudí a Irán desde la revolución islámica de 1979, y ello demuestra el cambio producido en las relaciones de los dos países desde la invasión de Kuwait por Irak.
El Gobierno de Irán, uno de los mayores productores y poseedores de reserva de crudo de Oriente Medio, desea, además de destacar su potencial, abrirse a la comunidad internacional petrolera con intenciones dialogantes.
La rígida posición iraní en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, a favor de recortes en la producción de crudo para permitir la subida de los precios y recaudar más ingresos para pagar los costes de su guerra con Irak, puede empezar a ser solamente un recuerdo.
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