Marruecos presiona a España para que no colabore en el referéndum del Sáhara"
Marruecos está presionando a España para que no participe en el proceso de paz puesto en marcha por la ONU con el fin de celebrar el próximo año un referéndum de autodeterminación en el Sáhara occidental. Así lo asegura a EL PAÍS Mohamed Sidati, ministro de Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Según afirma el dirigente saharaui, la escasa disponibilidad mostrada por España para trabajar sobre el terreno en la reactualización del censo del Sáhara, columna vertebral del proceso de la ONU", es el primer fruto de esta estrategia para que Madrid quede marginado.
Mohamed Sidati dice: "Para los saharauis es inadmisible que a las puertas de la independencia del Sáhara, España no sea capaz de romper con la contínua política de chantaje a que tradicionalmente la tiene sometida Marruecos y asumir sus responsabilidades históricas en la solución del problema".
Pregunta. La aceptación por parte del Frente Polisario de celebrar el referéndum sin que se hayan cumplido sus exigencias de retirada del Sáhara Occidental de los colonos ¿significa que ya no les preocupan los peligros de la superioridad numérica marroquí que ello supone?
Respuesta. La cuestión de la permanencia de los administradores marroquíes en el Sáhara durante el proceso, la hemos considerado zanjada con él hecho de que la ONU se haga cargo del territorio. Además, el enviado especial del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, será la máxima autoridad en el territorio con competencias para eliminar cualquier tipo de interferencia. Existe cierta preocupación por la permanencia de los colonos marroquíes, pero la ONU tomó disposiciones y sus conclusiones dicen que hay condiciones para que se celebre un referéndum libre y justo. Nosotros confiamos en la ONU, que en este sentido expresa además la voluntad de toda la comunidad internacional, y me parece que si el plan de paz se cumple escrupulosamente, el pueblo saharaui votará por su libertad.
El Polisario y Marruecos
P. ¿Hay posibilidades de que se produzca un encuentro entre representantes del Frente Polisario y de Marruecos?
R. Cualquier petición marroquí de dialogar con el Polisario en estos momentos cuenta con nuestra bienvenida siempre y cuando figure en el marco del plan de paz y, por tanto, bajo los auspicios del secretario general de la ONU. En este sentido, su objetivo debe ser única y exclusivamente el de facilitar la aplicación del plan de paz. Antes de que llegásemos a esta fase avanzada, quien pedía la negociación directa para buscar una Solución en la que no hubiese ni vencedores ni vencidos era el Frente Polisario. Pero siempre tropezamos con el rechazo frontal de Marruecos. De todas maneras, la experiencia nos ha demostrado que es extremadamente difícil distinguir entre un intento negociador marroquí que encierre una maniobra pura y simple, y otra que pueda implicar un gesto de buena fe o de buena voluntad por parte de Marruecos.
P. ¿Qué problemas plantea la reactualización del censo elaborado por España en 1974?
R. La labor de la comisión de identificación de la ONU es una cuestión sobre la que tenemos una especial sensibilidad. En este aspecto, la ONU ha realizado un gran trabajo que tiene como hecho clave el haber decidido que el censo español de 1974 será la única Biblia para establecer la lista electoral del referéndum. Una vez ultimada dicha lista, se proporcionará a los votantes documentos de identidad de la ONU. Sin embargo, es importante recalcar que el trabajo de la comisión de identificación de la ONU está definido sobre la base del censo español y que esta organización internacional goza de independencia de opinión en esta cuestión frente a las dos partes en el conflicto. En caso de tener que recurrir a una ayuda para la reactualización, hay dos candidatos favoritos: los saharauis que trabajaron sobre el terreno para la elaboración del censo (los notables) y los expertos españoles que lo confeccionaron. Lo que se pide a España es un papel neutral y objetivo en esta cuestión. Un trabajo serio en este campo por parte de España jamás podría situarla frente al dedo acusador de cualquiera de las dos partes.
En esta etapa previa al establecimiento de la lista del cuerpo electoral es donde hay mayores posibilidades de comportamientos indebidos por parte de Marruecos. Pero estas posibilidades son muy limitadas, ya que el censo fue hecho por otro país y en o tras condiciones. La contribución de España sobre el terreno facilitaría enormemente los trabajos de la comisión de identificación y cerraría el paso a cualquier intento de manipulación por cualquiera de las dos partes.
P. ¿Hay elementos que les hagan pensar que España pueda no ser neutral y objetiva?
R. No se trata de un temor fundado a que pueda no ser imparcial, sino más bien de una preocupación ante las presiones que ejerce Marruecos para que España no participe en este proceso. Por tanto, lo que no considerarnos correcto es que España no logre romper la tradicional espiral de chantaje que le impone Marruecos, y se limite a depositar el censo en manos de la ONU sin manifestar una gran disponibilidad a ese trabajo sobre el terreno, necesario para saber quién es saharaui y quién no. España es quien ha confeccionado esos datos, y sus expertos saben los nombres de las personas, una por una, que lo deben integrar. Por ello, la ausencia de España en este proceso es inadmisible.
P. ¿Esto le parece más grave que la no participación española en los cascos azules?
R. El censo no es la cuestión que más nos preocupa. Al fin y al cabo la comisión establecerá un cuerpo de votantes al que luego habrá que proteger. Y es realmente inexplicable que España, que no ha dudado en intervenir en procesos auspiciados por la ONU en Namibia, Irak o Nicaragua, falte precisamente a la cita en el Sáhara occidental. Queremos ni más ni menos que la dimensión de la participación de la España democrática en la solución del contencioso sea equiparable a la que tuvo la España no democrática en la tragedia. Y el censo se plantea así como la primera prueba de la participación española.
Hispanidad y saharauis
P. El referéndum va a coincidir con las celebraciones de la hispanidad en 1992. ¿Tendrá algún papel la españolidad en la campaña electoral?
R. La hispanidad forma parte de la Identidad saharaui. El nuestro es un pueblo pequeño que se aferra a cualquier elemento que lo diferencie de los núcleos de su entorno. La herencia cultura] trasmitida por la colonización española ha supuesto un elemento distintivo cuya importancia está probada por la fuerza con que Marruecos ha combatido toda manifestación de nuestra hispanidad en los territorios ocupados. Pero los saharauis, incluso en medio de grandes dificultades, hemos desplegado esfuerzos titánicos para consolidar, afianzar y extender la enseñanza del castellano. Y estamos seguros de que en nuestras pancartas de la campaña electoral vamos a decir "sí, independencia", en árabe y castellano a la vez.
P. ¿Aunque España insista en distanciarse del proceso?
R. La hispanidad es una opción, no un gesto hacia España, y la asumimos hasta el final. El V Centenario será un acontecimiento que los saharauis seguiremos con mucho interés. Y ello, a pesar de que, a las puertas de nuestra independencia, no se nos ha dado la oportunidad de participar en estos actos. Hemos hecho esfuerzos en ese sentido con respaldo de todos los países latinoamericanos. Pero Marruecos no nos ha dejado.
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