Joâo Moura reaparece en Madrid como rejoneador y ganadero
El segundo y último espectáculo de rejoneo en la feria de San Isidro se celebra esta tarde con el atractivo de la reaparición del portugués Joâo Moura, tantas veces triunfador en Madrid, que actuará frente a sus propios toros, anunciados también para hoy. Los otros rejoneadores son Manuel Vidrié, Javier Buendía y Leonardo Hernández.Moura, 30 años, ya no es el niño prodigio que con 17 años abría por primera vez la puerta grande de Las Ventas, aunque admite que el descanso de tres temporadas sin actuar en este coso le ha devuelto las ilusiones en grado máximo. "Esta plaza siempre fue mi favorita", explica, "porque en ella se siente el rejoneo con la misma intensidad que en Portugal". Confía en demostrar que se encuentra mejor que nunca y en plena madurez.
También confía en los toros de su divisa, que pidió para su reaparición: "Lógicarnente el que mejor los conoce soy yo y esa es una ventaja importante con respecto a mis compañeros". A Moura no le parece que desmerezca para una ganadería el que sus toros se empleen para rejoneo: "Los triunfos de los toros en Madrid siempre dan prestigio, por eso no me importó aceptar que se lidiasen en este festejo".
Piensa actuar muy poco en España, alrededor de 15 corridas, porque su apoderado, Julio Stuyck, le ha firmado la rnayoría de su temporada en Portugal y Francia, debido a los problemas de la peste equina, que espera le permitan torear el doble en nuestro país en 1992. "En cualquier caso", termina, "mi rejoneo de tipo artístico es incompatible con actuar más allá de 50 tardes".
Manuel Vidrié, 48 años, también apoderado por Stuyck, al que le gustan los rejoneadores de corte clásico, reapareció el pasado día 18 en la feria de Pentecostés, de Nimes (Francia), tras recuperarse de las graves lesiones en un tobillo que sufrió en 1990. El madrileño asegura tener cuerda para rato, aunque luego matiza: "Bueno, tampoco mucho, pero sí el suficiente como para incrementar las cuatro salidas a hombros que poseo en Las Ventas". A Vidrié también le gustan los toros del portugués.
Javier Buendía, 39 años, todavía no ha olvidado la tarde de su presentación en Madrid, en 1982, cuando cortó tres orejas, y señala que esta plaza junto a la de Sevilla son sus favoritas: "Sólo disfruto realmente en estas y en pocas más, donde entienden el rejoneo puro, que es el que me llena. Lo malo es que en los pueblos tienes que hacerlo todo mas espectacular para que llegue el éxito". El sevillano es un acérrimo partidario de que desaparezca la lidia por colleras: "Porque desmerece el rejoneo, todas las ventajas son para nosotros y ninguna para el toro".
El cordobés Leonardo Hernández, 29 años, también defiende la plaza de Las Ventas como lugar idóneo para los rejoneadores de corte artístico, entre los que se incluye: "Ocurre como con el toreo a pie, en Madrid se entiende y valora mejor que en ninguna otra parte la pureza de las suertes".
Hernández, que ya ha salido en tres ocasiones por la puerta grande, coincide con sus compafieros de cartel en sus preferertclas igualmente por los toros de Moura, aunque no los ha matado nunca: "Tal vez sea porque los cuida un rejoneador, pero para nosotros son extraordinarios".
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