Vivir de la carretera
Faltan por construir más de la mitad de las autovías previstas por el MOPU hasta 1992
En el kilómetro 165 de la autovía Madrid-Zaragoza se interrumpe el cómodo rodar de los automóviles por culpa de nueve kilómetros que están todavía en obras. Por eso los coches continuan atravesando el pueblo soriano de Medinaceli. Las obras acabarán posiblemente las próximas Navidades. A partir de entonces algo cambiará en la vida cotidiana de está villa. El tráfico rodado, principal fuente de ingresos de muchos de sus pobladores, ya no pasará por la urbe. Su problema es el de cientos de pueblos que salpican las carreteras nacionales.
El origen del retraso de las obras a su paso por Medinaceli es el fango que hay en el fondo del valle y que ha obligado a invertir cerca de 900 millones de pesetas para acabar con él. Estos nueve kilómetros forman parte de los 35 kilómetros en obras de la autovía Madrid-Zaragoza y de los 1.906 kilómetros de autovías que todavía faltan por construir del Plan General de Carreteras.En Medinaceli un centenar de familias viven de la carretera. Los bares, restaurantes y hostales que se asoman a ambos lados de la carretera son su principal sustento, como ocurre con cientos de pueblos de todos los tamaños que cruzan las carreteras españolas.
Pero a este pueblo soriano no le satisface los enlaces que el MOPU ha proyectado para conectar la población con la autovía. Sus habitantes creen que no han sabido jugar bien sus cartas con la Administración. Unos echan toda la culpa al actual alcalde y le acusan de haber realizado una mala gestión frente al MOPU. "Ha actuado de una manera muy torpe", aseguran tajantes.
Discriminación
"Cuando vinieron los del MOPU para exponerle el proyecto no les recibió como debía. Poco menos que los echó del pueblo"recuerda Antonio Lozano, de 33 años, dueño de un bar y una industria avícola y que se presenta como independiente a alcalde en la lista del PSOE.El alcalde, Jacinto de Miguel del Partido Popular lleva 12 años en el cargo y se presenta a la reelección. Acusa al MOPU de haberles "discriminado totalmente" y dice que cuando expuso sus planes a la Administración "ni siquiera nos contestó" por lo que califica su trato de "auténtica burla". En el pueblo se le conoce como el señor Jacinto y cuentan que acude cada primer sábado de mes a las apariciones de la virgen en El Escorial (Madrid). El alcalde está considerado el mayor industrial del pueblo, es dueño de los dos mejores hoteles, un restaurante y una gasolinera que con la construcción de la autovía se quedará a 200 metros de la carretera principal. Algunos vecinos le acusan de "mirar exclusivamente por sus intereses" a la hora de negociar el trazado de la nueva carretera. "No empezó a protestar" hasta que el MOPU eligió un trayecto "que no pasa al lado de su gasolinera", señala un galerista de Medinaceli villa. El señor Jacinto, sin embargo, afirma que él lo que está defendiendo son sólo los intereses del pueblo, porque con la autovía, sin el acceso que ellos quieren, "va a resultar muy dañado".
Pero en el MOPU aseguran que ni les han discriminado, ni les han dado peores accesos que a otros pueblos de la zona, ni se van a ir a la ruina. Tienen buenos accesos, están bien señalizados y no aumentan el recorrido ni un metro al que quiera ir a Medinaceli por lo que no pueden llevar a nada al garete", explica Roberto Alberola, director del proyecto de la autovía Madrid-Zaragoza. "¿Pero es que hay que tener las carreteras malas para que la gente siga parando en los pueblos"?, se interroga el representante de la Administración, quien explica que la autovía va a dejar el pueblo "solazado y tranquilo".
Su opinión no coincide con la de algunos vecinos. "Ahora hay 60 familias en la zona de la carretera pero se pueden quedar en 10 con lo cual se despoblará y yo haré menos servicios", señala Ponciano, uno de los taxistas del pueblo que se teme que su negocio también se vea afectado.
Alberola recuerda que los hábitos de los conductores, que recorren los 1.664 kilómetros de autovías que se han hecho desde 1986, no van a contribuir a la ruina de sitios como Medinaceli.
"El 80% de la gente que va de viaje ya conoce la carretera y sabe donde se come bien o mal, caro o barato". Lo que tienen que hacer, dice, es "dar algo que atraiga al público".
En el MOPU dicen que el plan general de carreteras, que cuenta con un presupuesto de 1,2 billones de pesetas y cuya ejecución lleva dos años de retraso, según Rafael Izquierdo, catedrático de transporte de la escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, estará terminado a finales de 1992. Añade que el coste de construcción del kilómetro de autovía ha pasado de 80 millones en 1982 a a 250 millones el año pasado o 350 millones en el caso de que se tratara de nueva calzada.
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