Bob Dylan cumple 50 años y regresa a sus canciones legendarias

Bob Dylan cumple el próximo viernes 50 años. El cantante norteamericano ha celebrado su medio siglo reeditando las canciones de paz y de amor con las que sublevó a los jóvenes del mundo. Después de casi 30 años, Dylan ha vuelto a cantar sus legendarias Blowin'in the wind y The times they are a-changin´ en escenarios de Centroamérica, durante su última gira, aunque la pasada semana canceló sus actuaciones en Brasil por miedo al cólera. El impacto de sus canciones ha cambiado; el mundo también, y Dylan descubrió hace tiempo que su etapa de Míster Protesta murió con los setenta.

Las canciones-himno de Dylan forman parte de la historia de la música, pero su sonido es ahora el sonido de la nostalgia. Dylan, que en su momento trató de evolucionar hacia una música más comercial, no exenta de calidad, sigue siendo un cantante que aún vende, "porque su calidad musical sigue siendo la misma", coinciden en decir los especialistas que estos días analizan el fenómeno Dylan."Su imagen puede ser diferente, aparenta 50 años, no se cuida físicamente, pero su voz sigue siendo buena", ha explicado Scott Alges, un crítico musical de Nueva Orleans. Dylan, que nunca fue un cantante de fuerza, continúa manteniendo una voz melódica y sigue interpretando sus canciones-poesía con los ojos cerrados.

La sensación de que Dylan ha estado retirado todos estos años no es cierta, porque el cantante nunca ha dejado de trabajar. Cada año ha llevado a cabo una gira de tres o cuatro meses, y que invariablemente han terminado en éxitos. Han sido éxitos locales, pero, al fin y al cabo, éxitos. Joan Báez intentó seguir en la carretera, pero no consiguió audiencia. Su regreso, el pasado año, fue, asimismo, un serio fracaso y sus protestas durante la guerra del Golfo cayeron en saco roto.

Dylan continúa siendo un tipo enigmático. Vive en una casa-colonia de Malibú, en las afueras de Los Ángeles. Sus vecinos explican que no tiene amigos en la comunidad y que cuando pasea por la calle parece como si estuviera perdido". Su carácter siempre ha sido esquivo. Incluso en los años en que su nombre y sus canciones eran un símbolo de las libertades, nunca quiso participar en debates políticos ni programas sobre pacifismo. En cierta ocasión declaró: "Escribo lo que pienso y después lo canto, no pretendo con ello encabezar ninguna causa ni convencer a nadie". El fenómeno Dylan sigue intacto pese a que su figura se haya desvanecido.

El cantante siempre ha tenido buenas críticas. Para muchos sigue siendo un innovador para el que la calidad es lo más importante. Su estilo y su profundidad han sido la fuente de inspiración para muchos compositores y cantantes. Los Beatles y los propios Rolling Stones no han escondido nunca que Dylan fue un ejemplo para ellos. Dire Straits también se han inspirado en este cantante cuyo nombre real es Robert Allen Zimmerman.

Dylan nació el 24 de mayo de 1941 en la localidad de Duluth (Minnesota). El cantante era el pequeño de los dos hijos de Abe y Beatriz Zimmerman, un matrimonio de inmigrantes soviéticos de Odessa (Ucrania).

La razón por la que cambió de nombre continúa siendo un misterio que el cantante nunca ha querido revelar, aunque algunos de sus biógrafos relacionen la permuta de su apellidos por la admiración que sentía por los héroes del Lejano Oeste.

Se trata de un personaje único que emocionó al mundo con canciones simples y melódicas sin otra compañía que su guitarra, su armónica sujeta al cuello y su voz. Dylan consiguió gran popularidad y enormes beneficios económicos con sus discos. Algunos de los más conocidos son: The freewheelin' Bob Dylan, Blonde on blonde, Desire, Infidels y Street legal. El cantante ha aparecido en varias películas, y su obra se estudia en las universidades norteamericanas.

Sus recitales en Centroámerica han sido para los espectadores como un túnel del tiempo. En sus últimas actuaciones, y pese al revival de sus composiciones más famosas, Dylan no era el mismo. La pasada semana canceló un par de recitales en Brasil por temor al cólera.

El Dylan de los sesenta hubiera desafiado la enfermedad y hubiera tratado de explicar a los necesitados que no estaban solos y que las respuestas a sus problemas están en el viento".

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