Ruiz Miguel: "Competir con Espartaco me motiva al máximo

La feria llega a su ecuador con una corrida de toros de las consideradas duras, la de Murteira, y un cartel en el que coinciden Espartaco, poco habitual en estas corridas, y Ruiz Miguel, un clásico de las mismas, que se muestra encantado de torear con el de Espartinas: "La posibilidad de competir con él, que tanto me ha rehuído, me motiva al máximo". El atractivo del cartel lo completa César Rincón, triunfador de la corrida de ayer, que sustituye a Fernando Lozano.Dos de los seis toros que trajo el ganadero portugués fueron rechazados ayer en el reconocimiento veterinario por sus pobres cabezas. Hoy traerán más de esta divisa para sustituírlos.

A Ruiz Miguel, 41 años, le parece que Espartaco podía haber aceptado previamente un mano a mano con él: "Yo le reté, en 1988, a que actuásemos los dos mano a mano en Las Ventas con toros de Mihura, y no sólo no aceptó, sino que ya no coincidimos, casualmente, claro, después más que en un sólo cartel. Pues ahora tenía la oportunidad".

"Bastante es que él se apunte ahora a las corridas duras", explica, "y haga el paseíllo conmigo, lo que me motiva enormemente, y más en la plaza más importante del mundo, donde tantos triunfos he obtenido yo y tan pocos él". El diestro de San Fernando (Cádiz) afirma estar muy contento de cómo le va en esta temporada de su reaparición.

Le parece una paradoja que algunas figuras vengan al abono isidril con las divisas que siempre han rechazado, y bromea: "A ver si ahora me van a echar a mí de estos carteles. Claro, que es imposible, porque les llevo muchos años de ventaja".

Confía en que el ganadero portugués no se haya prestado a ningún apaño y sus toros de Murteira, divisa que ha lidiado en tantas ocasiones, salgan con el trapío de siempre, "porque de sus dificultades ya nos ocuparemos en el ruedo cada uno frente a sus toros, y que el público decida nuestros respectivos balances", concluye.

A Espartaco no le preocupa competir con una especialista en toros de ganaderías duras: "Yo también las maté en mi primera época y les pude. Además, él tendrá sus toros y yo los míos". A lo único que teme es a la responsabilidad ante la afición madrileña, con la que asegura sentirse en deuda: "Quise saldarla en mi anterior tarde, pero los toros no sirvieron. Confío en que hoy cambien las cosas y triunfemos todos".