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El Supremo ordena que se repita un juicio por violación

La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha ordenado que se repita. el juicio contra dos individuos que fueron absueltos de un delito de violación al considerar la Audiencia de Granada que las lesiones que presentaba la víctima en los genitales eran fruto de la explosión amorosa".El Supremo considera que hubo quebrantamiento de forma por parte del tribunal al desestimar las pruebas propuestas por el abogado de S. G. B., de 28 años, que padece una oligofrenia leve. El Supremo ha decidido que ninguno de los tres magistrados que dictaron la setencia absolutoria formen parte del tribunal que ha de enjuiciar de nuevo el caso.

E'l ahogado de S. G. B., Benigno Ibáñez, planteó un recurso de casación contra la sentencia de la audiencia granadina al considerar que el tribunal sólo había tenido en cuenta el relato de una parte y había desestimado las pruebas planteadas por él mismo, entre ellas un reconocimiento psiquiátrico para determinar las secuelas que sufrió la mujer a consecuencia de la supuesta violación.

El Supremo ha admitido los defectos de forma y ha ordenado la repetición del juicio. El Supremo también hace algunas consideraciones acerca del lenguaje técnico empleado por el tribunal de Granada y que provocó hace un año una gran polémica.

Benigno Ibáñez declaró ayer que desconocía si la Aud lencl a de Granada había habilitado algún medio para controlar el paradero de los dos acusados, Abdelhak Taki y Abdelkader Metrouch, ciudadanos marroquí y argelino, respectivamente.

Ilocalizables

Ibáñez mostró su temor a que ambos se encuentren ilocalizables fuera de España y que su pasaporte no fuera retenido una vez absueltos por la Audiencia de Granada. Ibáñez añadió que éste es el único escollo para que se celebre el Juicio y se admitan a trámite las pruebas denegadas entonces.

La fiscalía ya recurrió en su día contra el fallo y calificó de "incomprenslble" que el tribunal ordenara actuar contra S. G. B. por falso testimonio cuando la setencia aún no era firme. La sentencia fue firmada por Carlos Bel1ver, José Cáliz Covaleda,-que luego fue suspendido de sus funciones por prestar asesoramiento a un abogado presuntamente implicado en una red de narcotráfico- y por Eduardo Rodríguez Cano. Este último actuó como ponente y fue quien acuñó la expresión `explosión arnorosa" para determinar la causa de las lesiones sufridas por S. Gr. B.

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