Olvido de La Rioja

En fechas recientes y en ese diario, el presidente de la Comunidad autónoma de Madrid, señor Leguina, denunciaba la fuga de empresas a algunas de las comunidades vecinas, calificadas de desfavorecidas por la CE, y a las cuales esta última facilita una ayuda financiera importante que las conduzca a un mayor equilibrio económico y de desarrollo respecto a las mejor dotadas.En concreto, y dando datos que justificaban su alarma, aludía a la Cervecera Mahón, que se trasladará a la vecina Azuqueca de Henares, ya en Castilla-La Mancha, e incluso la posibilidad a medio plazo de que CASA hiciese lo propio con sus talleres. Sobre esto pide medidas.

Pues bien, señor Leguina y señores del Gobierno, esa situación la venimos padeciendo los riojanos en nuestras carnes, bolsillos y prestigio desde hace cientos de años, con el agravio de la respetable foralidad de nuestros vecinos de Álava y Navarra y sus regímenes fiscales especiales, y también aquí, como en Leganés y Fuenlabrada, sólo hay que cruzar una calle, pero con la diferencia de que en ese caso al menos "todo se queda en casa", pues son, como cualquiera sabe, dos municipios de Madrid.

Soy un riojano de 50 años y desde que tengo uso de razón he visto cómo muchas empresas de

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mi tierra cruzaban el Ebro y engrandecían a esas, por otro lado, queridas comunidades vecinas, sin contar las que, creadas por paisanos, levantaron el vuelo y marcharon a Madrid, caso de Profidén o Laboratorios Alter, que de Logroño salieron un día.

De acuerdo, señor Leguina, usted está en su papel defendiendo a su comunidad, pero, y a La Rioja, ¿quién la escucha? Hace años, en el Club Siglo XXI, nuestro presidente entonces, el eficiente José María de Miguel, ya habló del "efecto frontera y su injusticia". El presidente actual, J. Ignacio Pérez, hizo lo propio en el Salón de Ciento de la Diputación de Barcelona, pero es igual que clamar en el desierto. ¿Hasta cuándo? Claro, que somos no muy grandes y además poco belicosos; con otros sería otra canción, ¿verdad? De cualquier modo, a los riojanos nos cabe el orgullo de habernos desarrollado, a pesar de las exiguas ayudas, con nuestro solo esfuerzo, pero ya va siendo hora de que, sin quitar nada a nadie, den a La Rioja lo que merece, ya que es de ley y de total y absoluta justicia.- Joaquín Gómara.