Noche negra y huelga

La madrugada del 22 de enero de 1990, las urgencias del Gregorio Marañón explotaron, colapsadas por una avalancha de enfermos y con poco personal, porque era época de vacaciones. Resultado: dos pacientes murieron sin ser atendidos.El parte del jefe de hospital, Antonio Barba, indicaba que uno de los enfermos permaneció hasta cinco horas en urgencias antes de morir y que del segundo no se sabía cuándo había ingresado. La familia de uno de ellos ha sido indemnizada con 17 millones. El juzgado investiga las responsabilidades penales.

La dirección del centro expedientó al doctor Barba, al diputado regional por el Partido Popular Francisco Javier Rodríguez, médico de guardia esa noche en urgencias, y a varias enfermeras y médicos residentes. Esos expedientes provocaron una huelga general en el centro en marzo de 1990. Durante las semanas anteriores quedó patente que uno de los problemas más graves era la escasez de enfermería, endémico en la sanidad española. Posteriormente, la Consejería de Salud convocó con carácter de urgencia una oferta pública de empleo para 900 diplomados en enfermería.