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El Papa defiende a la familia e invita a los jóvenes a luchar contra "el maligno"

Francesc Valls

Juan Pablo II visitó ayer las islas Azores en su segundo día de estancia en Portugal. Allí, en Angra do Heroismo y Punta Delgada, hizo una gran defensa de la familia e invitó a los jóvenes a vivir su fe cristiana y a ser fuertes en la lucha contra el maligno". Sin embargo, lo que acaparó ayer la atención de la opinión pública portuguesa fue "el pecado de omisión" papal sobre Timor Este, ex colonia portuguesa invadida por Indonesia en 1975, después de la proclamación de independencia.

Este "pecado de omisión", tal como lo ha denominado la prensa portuguesa, se produjo el pasado viernes. Cuando el Papa recordó la acción evangelizadora de Portugal mencionó Indonesia -potencia ocupante- y no Timor Este, y lo hizo ante un colectivo de jóvenes timoreses, quienes con una gran pancarta le decían al Pontífice que la violación del derecho internacional que supuso la invasión iraquí de Kuwait es la misma que se da en el caso de Timor Este. Sin embargo, ayer el Papa hizo votos -en unas declaraciones a la emisora católica Radio Renascenf- para que el problema de Timor fuera resuelto "de acuerdo con los principios de la justicia y según los derechos del hombre internacional". Juan Pablo II agregó que en el estadio donde omitió la mención al tema tenía previsto decir unas palabras a los jóvenes, aunque los aplausos se lo impidieron.Un grupo de timoreses realizó, asimismo, una vigilia durante la pasada noche ante la Nunciatura Apostólica en Lisboa. En grandes pancartas se podía leer: "Los cristianos de Timor saludan a su obispo Juan Pablo II". La jerarquía eclesiástica de esa ex colonia ha criticado la invasión indonesa y ha denunciado la violación de derechos humanos en ese pequeño país, en el que tras la, ocupación de las tropas de Yacarta, se calcula que han muerto un cuarto de millón de personas.

Malestar

Tanto el presidente portugués, Mario Soares, como miembros del Gobierno del socialdemócrata Anibal Cavaco Silva han expresado en privado su malestar por esa omisión papal. Mientras Timor parece haber desplazado, al menos momentánearnente, a Fátima del centro de interés de esta visita a Portugal, ayer el Papa permaneció en las Azores. El Pontífice exhortó a los fieles que asistían a misa en Angra do Heroismo a ser "padres y madres de familia, sal, luz y alma del mundo". "Pienso", agregó Juan Pablo II, "en el papel fundamental de la familia (...); pienso, sobre todo, en la educación cristiana, en la oración en familia, en la diaria recitación del rosario en vuestras casas". El Pontífice volvió a plantear el papel de la familia como célula básica de una sociedad solidaria. Por la tarde, el Papa se desplazo a Punta Delgada, en otra isla de las Azores. Allí, en un acto preparado para los jóvenes, les dijo que sólo encontrarían la felicidad en Dios. "No la abandonéis para adorar falsos ídolos, impotentes y que nada saben de vuestras inquietudes", destacó Juan Pablo II.

"Sed fuertes también para la lucha: no para la lucha contra el hombre, sino contra el mal, llamándolo por su nombre (...); sed fuertes para la lucha contra el maligno", agregó.

Anoche, el Papa regresó a Lisboa, y hoy viaja al archipiélago de Madeira, otra región autónoma portuguesa.

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