Una muestra de la 'pornología' del pintor y escritor Klossowski se exhibe en Madrid

Pierre Klossowski ha sido testigo y partícipe de los principales movimientos intelectuales de este siglo, pero su obra ha seguido un camino secreto. Como escritor y pintor ha desarrollado una obra singular centrada en una profundización mística del erotismo. Su mujer, Denise Roberte, es una presencia constante en sus libros y dibujos. Un tema, una monomanía, segun él. El Centro de Arte Reina Sofía presenta hasta el 10 de junio una retrospectiva con 66 obras de este artista.

Pocos artistas tienen la cualidad, si es que así se puede llamar, de la perseverancia arrastrada hasta el punto de la obsesión. Una obsesión como la que puede llevar a un científico a dedicar una vida entera de desvelos al estudio de una partícula. Pierre Klossowski ha llevado ese tipo de investigación a sus límites y es por eso que no resulta fácil comprenderlo a la primera mirada. Para acercarse a Pierre Klossowski hace falta empezar por el principio.Klossowski nació en 1905 en París, hijo de un historiador del arte y una pintora. Desde pequeño él y su hermano Balthazar, que después adoptó el nombre artístico de Balthus, vivieron y se relacionaron con pintores como Bonnard, Vollard y Derain. Los dos niños empezaron muy pronto a pintar. Más tarde frecuentaron también en el ambiente familiar a Rilke, amigo de su madre, y a Jean Paulhan, Jean Cocteau y André Gide. Apenas cumplidos los 20 años Pierre recibió su primer encargo para ilustrar la edición de Los falsos monederos, de André Gide. El escritor quedó impactado por los dibujos y el universo erótico de Klossowski, pero no se atrevió a publicarlos. Esta experiencia, le hizo orientarse hacia la filosofía y la literatura. Klossowski escribía y publicaba ya textos y artículos. Varios de aquellos primeros fueron acerca de Sade. Pero hay un núcleo indivisible y que parece ser el nudo que intenta desentrañar a lo largo de toda su vida, aunque él se empeñe en negarlo: la escritura y la imagen.

Su literatura descompone la imagen, y sus dibujos, sobre todo en los primeros años, están íntimamente ligados a la narración. Sus primeros dibujos están hechos a mina de plomo sobre papel, y esos materiales, el lápiz y el papel, han sido comunes a los dos medios de expresión que ha utilizado hasta hoy. "Hay una ruptura absoluta con la escritura", escribió hace algunos años.

"Al pasar de la especulación a lo especular, me encuentro situado bajo el dictado de la imagen. Es la visión la que exige que yo diga todo lo que la visión me ha dado".

Los dibujos de Klossowski no caben en ninguna de las tendencias del arte de nuestro siglo. Se remiten a un cosmos dé ideas y sentimientos encontrados y difíciles de definir. "El mundo al que se desplazan el pensamiento y los deseos de Klossowski es uno de los más singulares a los que nos es posible entrar, ( ... ) y él no hace ningún esfuerzo para hacerlo más accesible", comentó en uno de sus escritos Georges Bataille, con quien mantuvo una estrecha amistad.

Frecuenta la Sociedad de Psicoanálisis y participa en el movimiento Contraataque y la revista Acéphale en la que participan Breton, Bataille, Eluard y Walter Benjamin. Mantiene vínculos también con el movimiento Dios Vivo. Durante la ocupación entra en la vida monástica con los benedictinos y los dominicos, pero abandona el noviciado.

Renacer

Su matrimonio en 1946 con Denise-Roberte Morin-Sinclair marca un nuevo nacimiento del artista que se entrega totalmente a la creación. Publica novelas, ensayos y aunque su periodo de escritor le aleja del dibujo, luego retorna a él para abandonar la escritura en los últimos años y dedicarse totalmente al dibujo.

"La obra de Klossowski está construida sobre un deslumbrante paralelismo entre el cuerpo y el lenguaje, o sobre una reflexión de uno sobre el otro", explica el filósofo Gilles Deleuze.

"El razonamiento es la operación del lenguaje, pero la pantomima es la operación del cuerpo. ( ... ) Lo que da el carácter destellante a la obra de Klossowski es la unidad de la teología y de la pornografía, en un sentido muy particular. Algo que se puede llamar pornología superior".

Hace falta leer algunas de sus obras literarias como Roberte, esta noche, que forma parte de la trilogía Las leyes de la hospitalidad, o el ensayo El baño de Diana, para que la atmósfera de sus cuadros sea más completa.

La exposición que se presenta ahora en Madrid, es la primera retrospectiva que se hace de la obra de este artista, y fue presentada anteriormente en París y en el museo Contini de Marsella. A sus 86 años, Klossowski sigue en plena actividad artística.

Traductor de apreciadas ver siones de clásicos latinos como La Eneida y La vida de los doce césares, Klossowski ha sido traductor también del alemán llevando al francés obras de Hölderlin, Kafka, Kirkegaard, Benjamin y Wittgenstein.

Lector e intérprete infatigable de Sade y de Nietzsche, novelista, ensayista y, pintor, Klosowski ha construido su vida y su obra como una permanente reflexión sobre el cuerpo y el lenguaje, sobre el erotismo y lo sagrado. También, según afirmó Kolossowski a este periódico, como "un combate contra el espíritu de los tiempos".