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De 'miss Cossey' a Valeria

Los problemas de Valeria, frustrada esposa a pesar de habérsele reconocido su sexo femenino, son similares a los de otros muchos transexuales en España y en el resto del mundo, que no terminan de encontrar soluciones jurídicas a lo que hace años se consideraba una aberración sexual y hoy parece haber tocado techo con, el cambio de nombre. Un caso paralelo es el conocido por Miss Cossey, un británico nacido varón en 1955 e inscrito como Barry, que a los 20 años transformó su anatomía masculina en femenina, hasta el punto de hacer un papel femenino en la película de James Bond Sólo para tus ojos, mostrar su imagen en la revista Playboy y trabajar con éxito como modelo, conocida por Tula.La ausencia de previsión legal en el Reino Unido para este supuesto hizo a la Comisión Europea de Derechos Humanos, a la que se dirigió Cossey, albergar dudas razonables sobre la inflexibilidad de la legislación inglesa, que se atrevía a impedir contraer matrimonio como mujer nada menos que a una chica Bond.

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El tercer sexo

A pesar del esperanzador criterio de la comisión, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, confirmó el 27 de septiembre de 1990 la doctrina, ya mantenida en sentencias anteriores, de que la legislación nacional que impida contraer matrimonio según su "vivido nuevo sexo" no viola el derecho a contraer matrimonio reconocido en el artículo 12 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Los ojos de los jueces

El fallo resultó polémico en el Reino Unido. Dos días después de conocerse la sentencia, Clifford Longley hizo un apasionado comentario en The Times, en el que dijo que "los jueces del Tribunal de Derechos Humanos se negaron a creer lo que sus ojos e instintos aceptaban".

Un día antes, en el mismo periódico londinense, George Boroux, cirujano en Casablanca que ha realizado unas 800 operaciones a transexuales, opinaba, por el contrario: "Yo no cambio los hombres a mujeres. Yo transformo los genitales masculinos en genitales que tienen aspecto femenino. Todo lo demás está en la mente de los pacientes".

Luis Arechedera, catedrático de Derecho Civil, que ha estudiado a fondo la jurisprudencia europea sobre transexualidad, llega a la conclusión de que para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la legislación de un Estado firmante del convenio que impida la rectificación del sexo en el registro y contraer matrimonio según el nuevo sexo "no está en contradicción con el convenio", que deja en libertad a los Estados del Consejo de Europa para establecer el régimen legal que cada uno estime adecuado.

Para Arechedera, el Tribunal Supremo no ha tenido suficientemente en cuenta la jurisprudencia europea, a la luz de la cual se debe interpretar el derecho constitucional al libre desarrollo de la personalidad, invocado por los transexuales como suprema razón para el cambio de sexo.

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