Yeltsin anima a los mineros a mantener sus exigencias
El líder ruso Borís Yeltsin dijo ayer en Kuzbás a los mineros que deben conservar sus comités de huelga y no deben renunciar a las reivindicaciones políticas aunque decidan volver al trabajo. El presidente del Parlamento de la Federación Rusa hizo estas declaraciones en un encuentro con los huelguistas en la ciudad siberiana de Kiseliovsk, agregando que los comités de huelga "personifican los vínculos con los órganos de poder y de administración rusos".
Yeltsin llegó el lunes a la cuenca carbonífera más grande de Rusia, Kuzbás, para informar a los trabajadores de la declaración de los diez, que firmó con el presidente Mijaíl Gorbachov y los líderes de otras ocho repúblicas federadas. El líder ruso también ha llevado a Kuzbás un plan para que las minas pasen de depender del Gobierno central a jurisdicción rusa, lo que puede significar el Fin de la huelga que hace ya dos meses tiene en jaque a la economía soviética. Los mineros, por su parte, han decidido continuar la huelga hasta que los Gobiernos ruso y el de la URSS firmen el decreto conjunto de traspaso de las empresas carboníferas a jurisdicción rusa."No ha sido para salvar a Mijaíl Gorbachov" que los líderes de nueve repúblicas firmaron la semana pasada la declaración conjunta, sino para 11 salvar al país", aseguró Yeltsin a los mineros. Había que dar a Gorbachov una "última oportunidad, con mayor razón ahora que ha renunciado a su antigua posición de no reconocer las exigencias de las repúblicas", señaló.
Borís Yeltsin ha explicado que el texto de la declaración conjunta que traía preparado Gorbachov fue reelaborado en un 80%, y ha advertido que si luego el presidente soviético se niega a cumplir con los puntos acordados, las nueve repúblicas firmarán un tratado entre ellas, sin contar con el centro.
Este último punto y algunos otros estarían enumerados en un memorándum secreto firmado el mismo día 23, según el semanario Kommersant. El servicio de prensa de Gorbachov se ha apresurado a desmentir la existencia de ningún otro documento que no sea la declaración conjunta suscrita el martes de: la semana pasada. "En el encuentro [del 231 se discutió un amplio cúmulo de problemas. Los resultados de esta discusión encontraron un total reflejo en la declaración conjunta publicada. No se firmó ningún otro documento", dice el desmentido oficial.
En realidad, la gran mayoría de los puntos confidenciales que da Kommersant se desprenden de la declaración de los diez y no hay razón para haber firmado otro documento haciéndolos explícitos: elecciones anticipadas al Parlamento y, a la presidencia de la URSS, implantación de un "régimen especial de trabajo" en las ramas claves de la economía, fin de la guerra de leyes - y de presupuestos, etcétera.
Los puntos
Indudablemente, los puntos que da Kommersant son más claros, y lo más seguro es que correspondan a lo acordado. Por lo menos, coinciden con muchas cosas que ha dicho Yeltsin en sus explicaciones al Parlamento ruso y a los mineros de Kuzbás: división de las propiedades entre el centro y las repúblicas, comprometiéndose el primero a no obstaculizar el paso de las empresas a jurisdicción republicana, delimitación de las esferas en que serán prioritarias las leyes republicanas y las federales, derecho a disponer de las divisas que ganen las repúblicas, etcétera. Lo que los observadores ponen en duda no son estos puntos, sino que Gorbachov haya firmado otro documento, cuando la declaración de los diez es de por sí bastante explícita y ya constituye una concesión por parte del presidente.
Yeltsin también visitó ayer la ciudad minera de Prokópievsk, y hoy se espera que hable en la manifestación del primero de mayo en Novokuznetsk y firme el documento sobre el traspaso de las empresas carboníferas de Kuzbás a la jurisdicción de Rusia. YeItsin ha prometido a los mineros que podrán disponer ellos mismos de su producción y contar con una completa autonomía económica.
El viaje a Kuzbás y la manifestación de] lunes en Moscú marcaron el comienzo de la campaña de Yeltsin como candidato a la presidencia de Rusia. Las primeras elecciones directas de un dirigente en la historia de Rusia están fijadas para el 12 de junio, y ya han sido presentados otros seis candidatos. Pero para ser registrados oficialmente necesitan 1 )0.000 firmas o el apoyo de un quinto del cuerpo de diputados de Rusia. Estos obstáculos se han puesto, según los demócratas, para evitar que haya una segunda ronda.
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