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Los conservadores exigen a Gorbachov que imponga el estado de excepción

El líder del grupo de parlamentarios conservadores Soyuz, Yuri Blojín, presentó ayer un programa que contempla la introducción del estado de excepción por un periodo de seis meses, el congelamiento de las actividades de todos los partidos políticos y la prohibición de los partidos separatistas, el control sobre los medios de información y un reforzamiento de las estructuras verticales, es decir, una vuelta al centralismo. Además desea convertir a Soyuz en un gran movimiento de masas.

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El presidente Mijaíl Gorbachov debe decretar el estado de excepción, pues es "una condición necesaria e indispensable" para estabilizar la situación política del país y poder salir de la crisis", afirmó Blojín. "Es su deber moral y constitucional", señaló, y advirtió que si Gorbachov "no puede cumplir con su deber constitucional, el grupo Soyuz está dispuesto a tomar toda la responsabilidad".Blojín inauguró el sábado el segundo congreso de Soyuz, asociación de diputados de todos los niveles que agrupa a los partidarios de conservar la Unión Soviética como un Estado fuerte en sus límites históricos. A este congreso, que debe terminar hoy, asisten también representantes de los fileles a Moscú dentro de las repúblicas independentistas.

Los líderes de Soyuz ya anunciaron la recolección de firmas para convocar en rnayo un Congreso de Diputados de la URSS extraordinario y, exigir a Gorbachov que introduzca el estado de excepción. En este supraparlamento soviético, Soyuz es la principal fuerza, pues tiene cerca de 700 diputados (de un total de 2.250). Además, en el Congreso puede plantearse el cese de Gorbachov, aunque algunos dirigentes de Soyuz, como el coronel Víktor Alksnis, dicen que no es para esto para lo que desean convocarlo, sino para aprobar el Programa Supervivencia, elaborado por el grupo.

"El proyecto de nuevo Tratado de la Unión no lo necesitamos. A nosotros nos basta el Tratado de 1922. Ahora nos tratan de imponer una estructura que ha mostrade su inconsistencia en los seis años de perestroika", declaró Blojín, para quien lo importante es el referéndum del 17 de marzo pasado, en el que la mayoría de los soviéticos se pronunciaron por conservar la URSS. El rechazo al nuevo tratado que Gorbachov se esfuerza por firmar lo antes posible con las repúblicas que integran la URSS estuvo presente ayer en la mayoría de los discursos. Para los miembros de Soyuz, los; partidarios del Tratado de la Un lón son los que "se han distanciado de los intereses del pueblo y desean conservar su poder", los que "quieren la división del país" y su transformación en "repúblicas bananeras".

Los soyuzistas están completamente desilusionados de la capacidad de Gorbachov para gobernar. Alksnis sostiene que no se puede confiar en que Gorbachov instaure el estado de excepción, pero Blojín cree que hay que darle una semana de plazo para ello. El problema es qué hacer después de que este plazo expire. Blojín insinúa que, de ser así, allí ten-ninarían las posibilidades constitucionales para salvar al país. No en vano ha advertido: -Expresamente nosotros no revelamos todos los puntos de nuestro programa".

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Ejército y KGB

Medios del Ejército opinan que el responsable del cumplimiento del estado de excepción debería ser el KGB, pues el Ejército no está en condiciones de hacerlo, pero sí de apoyarlo. Y Alksnis asegura que incluso hay demócratas que no ven con malos Ojos la introducción del estado de excepción. Entre éstos estaría el presidente del Consejo Económico Superior de Rusia, Mijail Bocharov.Mañana comienza la discusión del programa gubernamental anticrisis en el Parlamento sovíético, que será atacado tanto por demócratas; como por conservadores. Los primeros no lo encuentran lo suficientemente radical, y los coniunistas afirman que hará descender catastróficamente el nivel de vida de la población. A Gorbachov el miércoles le espera un pleno del Comité Central del PCUS, donde también se espera que sea duramente criticado. No se descarta que dimita de su cargo de secretario general del PCUS. Esta medida, además de liberarle las manos y conciliarle un poco con los demócratas, tambiéln haría subir en unos puntos su disminuida popularidad.

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