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Bush pierde popularidad por su forma de afrontar el drama de los refugiados kurdos y shiíes

El primer contingente de los 8.30 efectivos que el Pentágono ha asignado a la Operación Facilitar Socorro, destinada a distribuir ayuda humanitaria a más de un millón de refugiados kurdos en el norte de Irak, llegó ayer al campo de Isikveren, en la frontera turco-iraquí. Entretanto, en Washington, el presidente, George Bush, continuaba haciendo frente a duras críticas por parte de influyentes congresistas y destacados comentaristas políticos, y a una clara pérdida de popularidad debida a su forma de abordar la inesperada crisis planteada por el éxodo masivo de kurdos y shiíes.

Según anunció el secretario de Defensa, Dick Cheney, la operación de ayuda a los refugia dos kurdos supone el mayor es fuerzo humanitario realizado por Estados Unidos desde fina les de la Segunda Guerra Mundial. "Miles de tropas y cientos de aviones participarán en la operación", declaró Cheney, que puso de manifiesto, sin embargo, que los militares norte americanos no tenían intención de cruzar la frontera norte con Irak y realizarían su tarea desde territorio turco.Por otra parte, Cheney aclaró que las tropas norteamericanas en el sur del país no abandonarían a su suerte a los 30.000 o 40.000 iraquíes ahora refugiados en la zona de ocupación norteamericana, y que es tos desplazados serían trasladados a la zona desmilitarizada, donde serían protegidos hasta la llegada de la fuerza observadora de las Naciones Unidas. Las tropas norteamericanas que ocuparon el sur de Irak comenzaron a replegarse el domingo hacia la zona desmilitarizada designada por las Naciones Unidas, a la espera de se sustituidas por los cascos azules de la organización internacional.

Sin embargo, las declaraciones de Cheney y las casi continuas intervenciones públicas de Bush a favor de su política de no intervención en el conflicto interno iraquí no han conseguido apagar la ola de críticas contra la política de la actual Administración.

El denominador común de esas críticas es que el presidente Bush ganó la guerra, pero está perdiendo la posguerra por permitir la permanencia en el poder de Sadam Husein y de su régimen, después de haber hecho varios llamamientos a la población iraquí para que se sublevase contra Sadam.

Curiosamente, las mayores críticas contra Bush en los medios de comunicación son expresadas por los portavoces de la derecha del Partido Republicano, como los periodistas Patrick Buchanan y Willlam Safire, antiguos colaboradores en la Casa Blanca del ex presidente Richard Nixon.

"El presidente que nos vendió una cruzada moral para librar al mundo de un nuevo Hitler se dedica ahora a hacer una política en la que se sacrifica a un pueblo como si fueran peones de una partida de ajedrez", manifestó Buchanan en uno de sus programas de televisión en la cadena CNN.

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Y por su parte, Safire, en un durísimo artículo publicado ayer en The New York Times, acusó a Bush de "fracaso moral" por haber permitido el éxodo masivo de kurdos, contemplado con horror por un pueblo norteamericario que se siente impotente y horrorizado". "Cuando hace tres semanas se urgió a Bush que impidiera a Sadam el uso de su aviación y de su equipo pesado [contra los kurdos], el presidente se fue de pesca", escribió Safire.

Por su parte, el columnista del Washington Post David Broder arremetió también ayer contra lo que calificó de falta de liderazgo de Bush en la posguerra. "Al comienzo de la crisis del Golfo, todos los errores de cálculo vinieron de parte de Sadam Husein. Pero desde que se suspendieron las hostílidades, todas las equivocaciones han partido de nuestro lado", escribió el columnista.

Sublevación inesperada

La impresión en Washington es que el éxodo masivo de refugiados en Irak ha cogido totalmente por sorpresa a la Casa Blanca, que en el tratamiento del tema de los refugiados ha ido totalmente a remolque de las propuestas sometidas por los países de la Comunidad Europea, principalmente el Reino Unido y Francia.

En opinión de veteranos diplomáticos de Washington Bush siempre supuso que cual quier intento de derrocar a Sadarri partirla necesaríamente de una facción del Ejércitoy que e actual presidente iraqL.í sería sustituido por un militar o por un dirligente político de¡ partido Baaz, con quien sería posible buscar un acomodo futuro En su lugar, Bush se ha encon trado con una sublevación po pular kurda y shíí, para la que según demuestran los aconteci mientos, la Casa Blanca no es taba preparada.

La política zigzagueante de Bush posterior a las hostfilida des le ha costado al titular de la Casa Blanca un descemo de 14 puntos en los índices de popu laridad del 92% -el más alto jamás conseguido por un presi dente norteamericano- obtenido a finales de febrero).

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