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Los subterfugios del Kremlin bloquean la negociación sobre desarme convencional

., Después de haber avanzado a un ritmo inesperadamente rápido durante los últimos años, las negociaciones sobre desarme convencional que se reanudan hoy en Viena entre la OTAN y los ex miembros del Pacto de Varsovia parecen bloqueadas a causa de las triquiñuelas soviéticas piara salvar parte del arsenal que se ha comprometido a destruir.

Los 16 miembros de la Alianza Atlántica no están excesivamente preocupados por los subterfugios de la URSS, sino por lo que pueden significar en cuanto a la creciente hostilidad del estamento militar soviético ante el mayor acuerdo de la historia sobre desarme convencional (CFE), firmado en noviembre en París por los 22 máximos dirigentes de la OTAN y del Pacto de Varsovia.Aunque sólo EE UU lo ha anunciado, ningún país de la Alianza, incluido España, ha raticado aún dicho acuerdo para presionar así a Moscú y obligarle a cumplirlo. Washington ha ido incluso más allá, vinculando el respeto del CFE con la conclusión de un acuerdo en la negociación START, sobre reducción de armas estratégicas, de cuyo éxito depende la celebración de la próxima cumbre entre George Bush y Mijail Gorbachov.

La escapatoria soviética. consiste, por un lado, en afectar a tres divisiones de infantería mecanizada del Ejército, con base en Leningrado y Odesa y equipadas con unos 3.700 carros de combate, vehículos de transporte blindados y piezas de artillería, a la Marina, cuyas fuerzas quedaron excluidas del acuerdo

El segundo subterfugio es aún más llamativo. Por lo menos unos 10.000 carros -la mitad de los que deben ser destruidos, según el tratado CFE- y varios miles de vehículos blindados y de cañones han sido transferidos más allá de los Urales, hacia una zona que no queda cubierta por el acuerdo suscrito en París.En su defensa, los negociadores -soviéticos en Viena alegan que el cambio de afección de las tres divisiones estaba previsto desde hace mucho tiempo. Como prueba de su buena voluntad, se muestran dispuestos a aceptar una reducción del número de ca rros que están autorizados a almacenar, y proponen hacer además una declaración política renunciando a aumentar sus fuerzas navales por encima de su actual nivel, es decir, prometiendo no colocar más divisiones bajo el mando de la Armada.Su propuesta ha sido hasta ahora rechazada pero Bush ha hecho una contraoferta, a la que hasta ahora Gorbachov no ha contestado, que permite a la URSS hacer una, interpretación más laxista del tratado.

El primer ministro británico, John Major, esbozó en marzo en Moscú una explicación del aparente cambio de actitud soviétíco. Gorbachov, dijo, en sustancia, sigue siendo un defensor de una escrupulosa aplicación del acuerdo, pero tiene que lidiar con el descontento de sus militares. Días después, en una entrevista publicada por el semanario alemán Stern, el ex ministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, confirmó esta hipótesis al afirmar que uno de los motivos de su dimisión fue la "enorme dificultad que tuvo en vencer la resistencia de los grupos opuestos al tratado de desarme.

Pero Shevardnadze logró llevar la negociación a buen puerto. ,Por qué, entonces, resurge ahora con fuerza la hostilidad de la cúpula castrense soviética al desarme convencional? Además de la ausencia de Shevardnadze los expertos occidentales evocan dos nuevas razones. La toma de conciencia, durante la guerra del Golfo, de la superioridad tecnológica de las armas occidentales frente a las soviéticas que utilizaban los iraquíes. El acuerdo CFE no tiene en cuenta la calidad del material, sino la cantidad, y coloca, por tanto, a la URSS, en situación de inferioridad.

La desaparición, el 1 de abril, del Pacto de Varsovia, obliga además al Estado Mayor de la URSS a defender sus fronteras in situ, privándoles en Centroeuropa de un espacio tapón entre sus fuerzas y las de la OTAN.

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