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LA CIUDAD VERDE

¿Vacaciones ecológicas?

Los fines de semana la masificación se desplaza a la sierra

Una de las modas en auge en los últimos años han sido los viajes de aventura. Más de 3.000 madrileños los han contratado en agencias especializadas durante una década. Nepal, el trekking por los Annapurnas, el triángulo del opio...Recapacitar unos años después del origen de esta moda nos puede llevar, sin embargo, a conclusiones decepcionantes: esta explosión de viajes exóticos se ha transformado ya en una amenaza para muchas partes del Tercer Mundo, para sus culturas tradicionales y su entorno natural. En contrapartida, en ocasiones, gracias al flujo turístico, son creados parques nacionales o preservados monumentos hasta entonces olvidados en la más profunda incuria del subdesarrollo.

Pero esta avalancha masiva, basada en las facilidades de acceso actuales sobre lugares antaño remotos, han llevado a sir Edmund Hillary, el conquistador del Everest, a comentar con pesadumbre: "En los últimos 10 años, la moda del trekking y las aventuras comercializadas están amenazando con convertir el Everest y las montañas del Himalaya nepalí en un enorme basurero de Occidente...". Hillary dedica ahora todos sus esfuerzos a la puesta en práctica del parque nacional Sagarmatha, que debe controlar, entre los principales peligros, el turismo incontrolado por la región del techo del mundo.

Acampadas salvajes

Sin ir tan lejos, cada fin de semana de verano supone un mazazo más para el excepcional entorno del techo de Madrid, la cumbre y conjuntos lagunares de Peñalara, que ninguna autoridad protege. Las acampadas salvajes, con su secuela de basura, en un espacio natural donde nada está concebido para garantizar su conservación para las generaciones futuras, continúan su labor destructora un año tras otro. El valle del Lozoya, la sierra norte, la cuenca del Alberche, ¿aguantarán otro asalto veraniego más en la desprotección en la que se encuentran?

Y un año tras otro, las vacaciones de verano suponen el desplazamiento durante aproximadamente 15 días de más de dos millones de madrileños cada año. Esta emigración temporal crea graves problemas ambientales en las superpobladas áreas turísticas. Los madrileños, por ejemplo, son los principales protagonistas de que la población de ciertas localidades costeras (como Cullera, Gandía, Benidorm) multipliquen su población por 10 cada mes de agosto. En consecuencia, dificultades cada vez más graves de abastecimiento de agua, imposibilidad de depurar los vertidos generados, explosión de basuras, contaminación atmosférica y acústica, sin hacer mención del desastre urbanístico en el que se basa desde los años sesenta esta invasión madrileña de la costa. Según las últimas encuestas llevadas a cabo en Alemania, coincidiendo con estos parámetros, suciedad, ruido y destrucción del medio ambiente serían las principales quejas planteadas por los turistas alemanes que visitan nuestro país.

El fenómeno turístico, hoy por hoy, constituye sin duda una de las circunstancias medioambientales de más delicada gestión.

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El peligro del turismo rural

Paradójicamente, es Arturo Crossby quien más convencido está de los peligros ecológicos del turismo ecológico... Crossby fue el pionero, en Madrid y en España, del llamado turismo rural o verde, enfocado fuera de las áreas convencionalmente saturadas de nuestro país. En 1986 llevó a cabo el primer proyecto de turismo verde / sierra norte de Madrid.Pero según sus conclusiones actuales, "todo territorio que resulte accesible en coche, en un radio de acción equivalente a un día de viaje desde Madrid, se encuentra en grave peligro de destrucción ecológica cada fin de semana". Esta tendencia iría en aumento, y sería extensible a Barcelona, Valencia, Bilbao y otras metrópolis peninsulares.

Una circunstancia que resultaría especialmente grave (como se ha podido constatar en el transcurso de la última Semana Santa) en parques naturales como Monfrague, las hoces del Duratón, el alto Tajo, Cabañeros, las lagunas de Ruidera, Gredos o la cuenca alta del Manzanares, especialmente en el entorno de La Pedriza, que en el pasado fin de semana sus accesos tuvieron que cerrarse al tráfico ante los numerosos vehículos que se concentraron en este paraje natural.

"Además de crear espacios naturales protegidos (cuyo objetivo prioritario es la conservación, no servir de lugar para ir con la tortilla y de merienda), hace falta trabajar en la creación urgente de áreas recreativas, que en ningún caso deben ser lo mismo".

Convencido de ello, Crossby se esfuerza ahora con denuedo en diseñar nuevos parques de ocio-naturaleza con el objetivo de "aliviar la saturación que sufren los parques naturales del corazón de Iberia".

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