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Li Peng une el desarrollo chino a la pureza ideológica

Las líneas maestras diseñadas para esta década por el Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) en diciembre pasado y expuestas ayer por el primer ministro, Li Peng, en su informe a los casi 3.000 diputados que asistieron a la apertura de la cuarta sesión de la séptima Asamblea Popular, dan prioridad a los aspectos económicos del programa estratégico, pero recuerdan la necesidad de mantener una constante educación política y preservar la pureza ideológica.

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Los reiterados términos de estabilidad y de unidad fueron tomados por el primer ministro como los pilares en los que debe sustentarse la acción gubernamental que, si en el terreno económico son importantes para el éxito de la continuidad en la reforma y apertura al exterior de China, en el político lo son aún más, puesto que de su informe al Parlamento no se desprende la más mínima intención de desviarse de los "cuatro principios cardinales" en los que el marxisimo-leninismo, pensamiento Mao Zedong y el liderazgo del partido son inmutables.El informe anual de LI Peng se centró en el programa quinquenal (1991-1995) y en el de estrategia económica para esta década que debe sentar las bases para iniciar el siglo XXI con un desarrollo suficiente. "Nos ha llevado 40 años desde la fundación de la nueva China resolver el problema básico de alimentación y vestido. Ahora nos llevará los próximos 10 años conseguir un nivel de vida relativamente confortable para la ciudadanía. Ésta es incuestionablemente una magnífica y enorme misión histórica", aseguró Ll Peng.

Evitar desequilibrios

Para ello, descartando acelerar las reformas económicas, que otros líderes ahora en baja preconizaban, el Gobierno chino está dispuesto a acometer la tarea de desarrollo económico con cautela para evitar desequilibros sociales, o en palabras del primer ministro -profundizar en la reforma de una manera sostenida, estable y armónica".En concreto, el objetivo expuesto por Ll Peng es el de conseguir un crecimiento anual del producto interior bruto del 6% hasta el año 2000, lo que es inferior en más de un 3% al registrado durante la pasada década, para llegar a cuadruplicarlo, con respecto al de 1980, en esa fecha.

Durante esta década y a través del periodo de reestructuración económica o profundización de esta reforma, afirmó LI Peng, "no se llegará a ningún lado si se mantiene una pobre gestión que desperdicie los recursos"; también dificultan el desarrollo, enumeró, el exceso de consumo de materias primas en la producción, la inferior calidad de los productos que se fabrican, la baja productividad laboral y las serias pérdidas económicas de las empresas.

Las soluciones que aportó el primer ministro como líneas de actuación se resumen en dos puntos: la separación de funciones y responsabilidades entre la administración y la gestión, para que sean gradualmente los gestores, es decir, los directores de las empresas, quienes se hagan responsables de sus decisiones, así como de las pérdidas o beneficios que obtengan; y la preservación de la propiedad pública como la principal forma de propiedad en China, aunque desarrollando de forma adecuada la actividad económica individual y privada.

Esta teoría, definida como la combinación de la economía planificada estatal con una cierta regulación de mercado, es a su juicio la correcta para China, puesto que con la primera el Estado obliga o da las pautas de producción y las grandes líneas macroeconómicas, y con la segunda se facilita la competitividad.

Este desarrollo económico que se pretende debe ir inseparablemente unido a la pureza ideológica en el terreno político, sin la cual y sin una permanente educación en los principios socialistas sería imposible de lograr, agregó Li Peng, considerado como uno de los principales exponentes de la línea dura o conservadora de la tercera generación de líderes.El primer ministro recordó que esta educación debe estar dirígida a ponerse al liberalismo burgués", que, señaló, niega el liderazgo del partido, el sistema socialista y apoya al capitalismo bajo la excusa de democracia, libertad, derechos humanos y pluralismo.

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