Grandes colas ante los bancos de Kuwait para cambiar los viejos dinares

Grandes colas se formaron ayer ante las 50 sucursales bancarias que abrieron sus puertas en Kuwait, por primera vez desde que acabara la guerra del Golfo. La población acudió en tromba a cambiar sus viejos dinares sin valor por los nuevos billetes lanzados ahora para sustituirlos. La medida apenas logró acallar el descontento creciente de la población por su exclusión de las decisiones políticas. Aunque algunas oficinas bancarias abrieron a las 6.30, tres horas antes de lo habitual, muchos habitantes M emirato liberado ya hacían cola desde buen rato antes.

Era la primera oportunidad de obtener dinero líquido desde que las fuerzas de la coalición echaron a los iraquíes del emirato. La cotización de salida del nuevo dinar fue la misma que tenía la víspera de la invasión iraquí, el 2 de agosto pasado: un dinar, igual a 3,487 dólares (unas 350 pesetas).El Banco Central de Kuwait garantiza el total respaldo de ese curso de cambio, y para afrontar la nueva etapa dispone de 700 millones de nuevo dinares, impresos en el Reino Unido y en Alemania. En principio, todos los ahorradores, cuyas cuentas deben restablecerse por decreto a su nivel de antes de la ocupación, pueden cambiar sus viejos y devaluados dinares por los nuevos. Sin embargo, las autoridades, conscientes de los millones de dinares robados por los iraquíes tanto de bancos como de comercios y casas particulares, han puesto restricciones.

Dinero invalidado

Unas listas con los números de serie de miles de billetes robados de los depósitos del Banco Central desarmaron la moral de numerosos hombres de negocios a los que los iraquíes han estado pagando durante estos meses con dinero invalidado. Los dinares del país vecino con que Bagdad cubría los salarlos de los funcionarios locales tampoco tienen ningún valor ya en el emirato.

Pero ni siquiera las facilidades dadas a la población para recuperar su bienestar económico han eclipsado el malestar que les provoca su apartamiento dé las cuestiones públicas a causa del sistema paternalista de dirección de su país. "La dimisión del Gabinete ha sido consecuencia de la insatisfación popular en todo el emirato", insisten los simpatizantes del Foro Democrático, que agrupa a las principales personalidades de la oposición. Según su punto de vista, las autoridades han actuado de forma desastrosa desde que se liberó Kuwait. Prueba de ello, aseguran, es que un mes más tarde siguen sin funcionar los servicios básicos.

"La elección de un nuevo primer ministro que no sea miembro de la familia de los Al Sabaj debería ser considerada seriamente", manifestó hace pocos días Abdalá Mohamed al Ambari, portavoz del Foro Democrático.

Con ello, Al Ambari, que reclama que se realicen consultas antes de la elección del jefe del Gobierno, ha abierto la caja de los vientos del descontento de la oposición kuwaití.

Sin embargo, las expectativas no son halagüeñas. El emir Jaber volvió a encomendar a su primo y heredero, el jeque Saad al Abdalá al Sabaj, que formara el nuevo Gobierno. Además, diversos altos funcionarios se apresuraron a desmentir que la dimisión estuviera relacionada con las cada vez más numerosas críticas contra la ineficacia del saliente.