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El Parlamento serbio rechaza la dimisión de Jovic a la presidencia yugoslava

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, dio ayer por concluido su va fracasado intento de provocar una intervención de las Fuerzas Armadas en toda Yugoslavia para acabar con los Gobiernos secesionistas del norte del país y con la creciente oposición a su régimen en la república serbia. En una operación claramente dirigida por él, la mayoría absoluta de su Partido Socialista serbio rechazó la dimisión de Borisav Jovic como representante de esta república en la presidencia colegiada.

Milosevic -que había intentado bloquear el funcionamiento de esa presidencia- tuvo ayer que tragarse sus palabras del incendiario discurso televisivo del sábado y buscar un retorno a las instituciones, después de que el ejército le negara su colaboración en su huida hacia el golpe militar ante la creciente oposición interna en Serbia, En un comunicado emitido el pasado lunes, el Estado Mayor dejó claro que, en el futuro, será el mando militar quien decida cuándo se cumplen las condiciones que le obligan a intervenir o no, y no la presidencia colectiva ni mucho menos Milosevic.Hace cuatro días, el presidente de Serbia anunció por televisión que esa república no volvería a acatar las decisiones de la presidencia por estar ésta aliada con otras fuerzas en una supuesta operación antiserbia y antiyugoslava. Hoy, el propio presidente serbio y su fiel seguidor Jovic acudirán a una reunión de la presidencia ampliada con los miembros de la jefatura del Estado colectiva, los presidentes de todas las repúblicas, del Parlamento federal y el primer ministro, Ante Markovic, también objeto de virulentos ataques de los citados dirigentes serbios.

La implicación del ejército

Este fracaso de la estrategia de Milosevic se vio ayer coronado con unas declaraciones del comandante en jefe del Quinto Distrito militar -que integran las repúblicas de Croacia y Eslovenia-, general Konrad Kolsek, en las que acusa a "algunos" de "querer implicar al ejército en sus juegos políticos". Segúri unas insólitas declaraciones del general a un diario esloveno, "el ejército no permitirá una guerra civil ni un conflicto violento entre naciones yugoslavas" pero se negará a dejarse manipular, ya que " un despliegue de las Fuerzas Armadas podría provocar el caos".Milosevic, que cuenta con la sumisión incondicional de Jovic, había orquestado la dimisión de éste, como la de los presidentes de la república de Montenegro y la provincia de Voivodina, ambos bajo su poder, para paralizar la presidencia colectiva de Yugoslavia. También ordenó públicamente a su partido imponer la destitución del representante de Kosovo en la presidencia, Riza Sipunxhiu, que se había alineado con Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Croacia y Eslovenia en contra de las medidas de excepción. Jovic reiteró ayer ante el Parlamento serbio sus acusaciones contra Markovic, que con sus reformas hacia la economía de mercado "ha puesto al país al borde de la bancarrota" y "vende por poco más que nada las empresas a extranjeros"; y contra una presidencia colectiva, en la que la mayoría, dijo, "impide al ejército cumplir su deber".

Jovie expuso algunas joyas de su razonamiento político que acusan al Gobierno de Markovic de alta traición y lo arrojan a él a los sumideros de la ideología paleocomunista. Según dijo, gobiernos extranjeros influyentes están dando apoyo a Markovic. "Como el Gobierno no acepta las medidas para desarmar a los grupos paramilitares, es obvio que el Gobierno federal y gobiernos influyentes extranjeros están actuando de forma concertada". Según Jovic, Markovic "ha obstruido e ignorado durante mucho tiempo los esfuerzos de la presidencia para lograr una solución pacífica a la crisis".

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