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Descubiertos tres talleres clandestinos de confección donde trabajaban 29 chinos

La Brigada Provincial de Documentación ha descubierto en Madrid tres talleres clandestinios de confección de ropa en los que trabajaba ilegalmente un grupo de 29 ciudadanos de origen chino, entre los que había varios menores. Entre los extranjeros había algunos que tenían una jornada laboral de 12 horas de duración y comían y dormían en los propios centros de producción. Los asiáticos servían a empresas subcontratistas de otras de mayor envergadura. Diez familias chinas controlan en la actualidad a todos los compatriotas que trabajan o residen ilegalmente en España, según fuentes policiales.

Los integrantes de los tres grupos operativos de la Brigada de Documentación de Madrid localizaron hace unos días tres talleres clandestinos: uno de ello está situado en el número 26 de la céntrica calle de Pelayo; otro, en el número 16 de Herminio Puertas, y el tercero, en el 129 del paseo de las Delicias, cerca de la glorieta de Embajadores. En este último local, donde habían instalado una cocina, existía peligro de incendio debido a la sobrecarga de la red eléctrica por las máquinas en funcionamiento.Cuando la policía y los inspectores de Trabajo irrumpieron en los talleres, que "no reunían las mínimas condiciones de seguridad e higiene", estaban cosiendo 22 chinos de uno y otro sexo y siete menores con edades comprendidas entre los siete y los 16 años.Cuatro de los orientales, originarios del cantón de Cejian, que aparecen como supuestos responsables de la instalación de los telares, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial. Se trata de Sen-Hal Yen, de 50 años; Ming-Chao Lin, de 46 Cuiguang Lin, de 41, y Xinquing Jin, de 40.

Connivencia empresarial

Estas factorías funcionaban desde hace aproximadamente un año, según se deduce de las facturas y albaranes decomisados en los centros de trabajo. No obstante, la abundante documentación incautada será analizada concienzudamente para determinar la posible connivencia de determinadas Firmas de confección.En la factoría de la calle de Pelayo, donde fue intervenida una cantidad considerable de prendas de vestir, 15 orientales estaban manipulando otras tantas máquinas de coser.

En el taller de la calle de Herminio Puertas se encontraban Cuiguang Lin y Xinquing Jin, además de otros cuatro adultos y seis niños. En el del paseo de las Delicias había nueve personas; entre ellas, Ming-Chao y un hijo de éste.

El trabajo se desarrollaba en jornadas de 12 horas diarias (de once de la mañana a once de la noche). En algunos de los talleres pernoctaban los operarlos de Lino y otro sexo, en pésimas condiciones de salubridad. Las naves carecen de ventilación exterior y salida de humos. Otros, en cambio, duermen en el inmueble número 31 de la Corredera Baja en el distrito de Centro.

"Todos los chinos que hay en España están relacionados entre sí", afirman fuentes policiales que añaden que en España hay 10 familias chinas que los controlan. Estos clanes manejan no sólo a los trabajan en restaurantes orientales y otros locales que son auténticas tapaderas, sino también a los que hacen escala con destino a Canadá, que sigue siendo uno de sus destinos predilectos."El número de asiáticos que eligen nuestro país es cada vez más alto. No se les suele ver por la calle porque se limitan a trabajar y a dormir. Llevan un régimen de semiesclavitud", según comentan medios policiales.

Algunos de los orientales empleados en los talleres clandestinos estaban en posesión de permiso de residencia para poder trabajar en restaurantes chinos de Zamora y Valladolid. En su actual empleo en Madrid no contaban con ningún tipo de seguridad social.

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