Mecánica y gimnasia
Silencio, imágenes. No son nuevas: forman parte de la pintura moderna -Delvaux, Magritte o Topor- de esta zona oscura de Europa, de raza pálida, con el viento del Norte, la arena y el agua, o la arena haciendo como actriz de un agua de inundaciones demasiado lábil para sujetarla en el teatro. En un escenario móvil, como excelente obra de ingeniería de precisión, lleno de aperturas, trampillas, maquinarias. Y unos cuerpos de actores bien adiestrados en la gimnasia artística: musculosos y suaves. Entre ellos, una señorita que pone la belleza de su escultura natural. Luego, unos textos recitados desde fuera: parecen inventados posteriormente, como para darle literatura al espectáculo. No tienen peso, ni importancia, más que la de añadir palabras misteriosas a las acciones misteriosas y miedo al supuesto miedo. Para el que lo sienta: en este otro lado del mundo, el de las razas algo más oscuras, lo que es demasiado perfecto, lo que tiene la mecánica muy a la vista, lo que se realiza sin fallos, no da miedo. Sólo la admiración con el poquito de desprecio que pueda tener el chapucero ante lo bien terminado. Lo racional de la creación se impone a lo irracional de lo que se quiere representar.Una crítica intelectual supondría sacar consecuencias: poner uno mismo aquello que quiere encontrar. La soledad del hombre, su sueño de amor imposible, la defensa de la intimidad en una casa que se convierte en bunker: la naturaleza como cerco, la finísima arenilla que amenaza nuestros engranajes. Cada crítico, como cada espectador, lo contará a su manera. Creo, sinceramente, que Hinderik de Groot no se propone más que inventar sus mecanismos escénicos, revivir la imaginería de su región, manipular sus actores y sus técnicos para ofrecer una relojería perfecta. Como cada año que nos visita. Nos gusta: y nos es insuficiente.
Arenal
De Hinderik de Groot. Intérpretes, Henk van Loenen, Herman Zumpolle, Amos de Haas, Pieter Smit, Yvette Weissman. Música: Warner van Es. Música grabada: Adelbert Duijvelshoff. Escenografia: Gilles Versluis y todos los miembros de la compañía. Vestuario. Allies van Wiilles. Producción, Studio Hinderik (Holanda). Dirección y diseño visual: Hinderik de Groot. Sala Olimpia, 13 de marzo.
El público está habituado a él, a interpretar sus misterios, quizá a sentirse, como sus protagonistas, aplastado como el alimento de un sandwich -entre los dos planos mecánicos-; aplaude siempre y en esta representación lo ha hecho también. Con justicia, repito: que a mí me parezca una solemne tontería desde el plano del pensamiento no quiere decir que no tenga por qué gustar como fruto de una sabiduría mecánica y vacía que se sirve de tópicos antiguos para realizarse.
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