Walesa exige la disolución del Parlamento y elecciones anticipadas
El presidente de Polonia, Lech Walesa, exigió ayer al Parlamento, elegido en junio de 1989 por un procedimiento semidemocrático, una rápida autodisolución que permita la celebración de los comicios anticipados el próximo 26 de mayo. Para cumplir con este calendario, presentó un proyecto de ley electoral que entra en competición con el elaborado por el propio Parlamento. La mayoría de los diputados que comparecieron en el pleno se mostró contraria a ceder ante la presión de Walesa.
El único grupo parlamentario que apoyó el proyecto de ley electoral presentado por Walesa fue el de los diputados de Solidaridad que, tras numerosas escisiones, sólo ocupa un 25% de los escaños.El grupo de diputados poscomunistas propuso rechazar la iniciativa presidencial, mientras otras fracciones se inclinaron por remitir a la comisión constitucional los proyectos presidencial y parlamentario de la nueva ley electoral. Esta actitud del Parlamento puede hacer que se retrase la decisión sobre el fin de la actual legislatura hasta la semana próxima.
El hemiciclo fue ayer escenario del primer choque espectacular entre Walesa y una Cámara en la que están representados mayoritariamente los partidos del antiguo régimen. El ministro de la Presidencia, Slawomir Siwek, leyó a los diputados, en un tono severo, una misiva del presidente en la que Walesa instaba a que las elecciones se celebraran el próximo 26 de mayo.
Walesa afirma también en su escrito que los tiempos del Parlamento surgido del contrato político con los comunistas se han acabado y que las elecciones parlamentarias plenamente democráticas son necesarias para "hacer frente a los peligros que acechan a la democracia polaca". Entre éstos enumeró el descenso de la confianza en las instituciones del Estado y "los peligrosos fenómenos en el entorno internacional" de Polonia, en alusión a la situación en la URSS.
Dos razones
El conflicto entre Walesa y el Parlamento tiene dos razones fundamentales.Por un lado, los diputados del Partido Socialdemócrata (antiguo comunista) y de sus satélites de antaño, el Partido Campesino y el Democrático -que cuentan con más del 50% de los escaños de la Cámara-, quieren continuar en la Cámara el tiempo que puedan al ser conscientes de que no podrán tener (le nuevo una representación tan amplia en el Congreso como la que les había otorgado el acuerdo de la mesa redonda firmado en abril de 1989 por los comunistas y Solidaridad, entonces en la oposición.
La segunda razón es que Walesa desea aprovechar su posición de máximo mandatario elegido con todas las de la ley y la democracia para ayudar a los partidos de la derecha que lo han apoyado durante su campaña presidencial. Una próxima fecha electoral favorecería a la derecha de Solidaridad, que teme que sus posiciones vayan debilitándose con el paso del tiempo.
El retraso de las elecciones hasta otoño, probable si el Parlamento rechaza el proyecto presentado ayer por Walesa, podría no sólo mejorar las posiciones electorales de la izquierda de Solidaridad sino también la de los antiguos comunistas, que capitalizan hábilmente las tensiones sociales que provoca el programa de ajuste económico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.