Cuatro paquetes bomba remitidos a empresarios y ejecutivos han sido elaborados con tecnología militar
Cuatro paquetes bomba remitidos a empresarios y ejecutivos españoles en los últimos años han sido elaborados con tecnología militar, según un informe policial. Dos de los destinatarios fallecieron, mientras los otros dos sospecharon y alertaron a las fuerzas de seguridad. El pasado lunes fue asesinado en Valencia otro ejecutivo, el delegado de la empresa Ferrovial, José Edmundo Casañ, pero no recibió un paquete bomba, sino un disparo.
En tres de los paquetes, "los elementos y sistema utilizados son típicos del Ejército español", según un informe policial. Este informe se incorporó a las diligencias de un juzgado de Pamplona que investigaba el asesinato del industrial Javier Biurrun. Éste perdió la vida al abrir un paquete en enero de 1987. Un año después, otros dos paquetes llegaron a sendos empresarios de Palencia y Socuéllamos (Segovia), que no llegaron a explosionar. Los tres industriales estaban relacionados con empresas de maquinaria para el sector lácteo.En el mes de mayo del pasado año, un paquete bomba mató en Valencia a José Antonio Pérez Herrero, director de negocio de la empresa Intermediarios Financieros. Una fuente policial confirmó ayer a este periódico que la tecnología de este paquete es análoga a la de los primeros.
El asesinato el pasado lunes en Valencia de otro alto ejecutivo hace temer a la policía que comience a extenderse en algún ámbito económico un sistema criminal de resolver conflictos. No obstante, la diferencia en la ejecución del crimen lleva a los investigadores a desligar este hecho de los atentados con paquete bomba. En este caso, los autores podrían ser directamente los presuntos perjudicados por una actuación económica o, también, asesinos por encargo. Una banda radicada en el sur de la Comunidad Valenciana centra, para la segunda hipótesis, la investigación.
En el caso de Pérez Herrero, se sabe que éste solicitó una auditoría en la empresa Hispania de Inversiones, donde trabajó los años 1987 y 1988. Esta petición le acarreó numerosos problemas en la firma, que finalmente abandonó. Las irregularidades observadas por Juan Antonio Pérez Herrero han sido denunciadas ahora por el Consejo de Administración de Hispania. Esta denuncia está siendo investigada por la policía y un empleado se encuentra en paradero desconocido.
Las investigaciones sobre el asesinato de Pérez Herrero se centran desde hace meses en la situación de Hispania de Inversiones, pero no se descartan otras líneas de trabajo. La policía no ha llegado a establecer aun la autoría del asesinato.
Sin detenciones
Jamás ha sido detenida persona alguna vinculada con los envíos de paquetes bomba. La relación entre todos los atentados con paquete bomba puede ser únicamente la contratación de los servicios de una o varias personas que conocen la tecnología utilizada en el Ejército para la fabricación de determinados explosivos, según una fuente policial. Esta fuente no descarta, además, otro tipo de vinculaciones, aún no comprobadas.La investigación policial llevada a cabo tras la remisión de los primeros paquetes bomba reveló que el sistema utilizado para la elaboración de los mismos es empleada "concretamente por unidades guerrilleras". Una fuente policial insistió en que nada implica a la institución militar, sino probablemente a "un traidor o un ex militar".
Por otra parte, en la tarde de ayer se procedió al entierro de José Edmundo Casañ en un cementerio privado de Valencia.
Para esta mañana está previsto que se lleve a cabo la reconstrucción de los hechos en la sede de Ferrovial en Valencia. La declaración de los trabajadores que se encontraban en la sede en el momento de producirse los hechos se considera clave para descubrir el grado de conocimiento de la empresa que tenían los agresores y si iban directamente a por la persona de Casañ o, más bien, a por el delegado de una empresa. Al parecer, uno de los asesinos preguntó también por el subdelegado, cargo que no existe en la firma Ferrovial en Valencia. Esta circunstancia puede avalar la tesis de que los asaltantes ejecutaban su agresión contra la empresa como tal. La hipótesis que relacionó el asesinato de Casañ con la colocación por ETA de un coche bomba, minutos después también en Valencia, ha perdido fuerza.
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