Preocupación en Irán ante la posguerra

Del júbilo a la reflexión, pasando por la Indiferencia, todos los estados de ánimo se reflejaban ayer en Oriente Próximo al conocerse la noticia del cese de los combates en Irak. En Irán, uno de los países no árabes de la región, la preocupación por la posguerra ha eclipsado la satisfacción por el alto el fuego. "Nos oponemos a la partición de Irak", advirtió ayer el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Alí Akbar Velayati.El riesgo de que la derrota infligida a Sadam Husein por las tropas de la coalición multinacíonal permita cambios en el mapa geográfico de la zona inquieta a los dirigentes de la República Islámica. Teherán, cuyos intereses geoestratégicos le dictaron la neutralidad, espera ahora alguna recompensa occidental por esa actitud.

De momento, esa moderación le ha valido que se le abran las puertas para un regreso a la comunidad internacional, de la que fue marginada tras el triunfo de la revolución islámica y el ascenso al poder del ayatolá Jomeini. Además, el anuncio del alto el fuego en un momento en que se temía que los combates pudieran llegar hasta Bagdad ha evitado el brete planteado por los duros del régimen al presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyani.

"Este conflicto no ha sido una guerra entre el islam y la blasfemia", explicó ayer Velayati en una visita al este del país. "Sabíamos que existía una contradicción entre las palabras y los actos de Irak", añadió tras subrayar que Irán "se ha opuesto a cualquier injerencia extranjera en el destino del pueblo iraquí".

Pasividad egipcia

El bullicio organizado por los exiliados kuwaitíes en El Cairo no encontró eco entre los habitantes de la capital egipcia, cuya actitud ante la crisis ha sido calificada "de pasividad" por la agencia France Presse. Los egipcíos, que en ningún momento tomaron partido por Sadam Husein durante la guerra, se mostraban satisfechos por el fin del conflicto, pero sin entusiasmo.La Universidad de El Cairo, que durante los últimos días fue escenario de manifestaciones contra los combates, se encontraba en calma ayer. Las autoridades, que esperan obtener ventajas económicas y políticas de su compromiso con la coalición, expresaron su deseo de "regresar lo más rápidamente posible a la situación que prevalecía antes de la agresión iraquí".

En Ammán, el ministro de Información jordano, Ibrahim Izzedín, reconoció que la situación había sido muy dura para su país. "El Gobierno jordano espera que el Consejo de Seguridad de la ONU declare formalmente esta misma tarde un alto el fuego definitivo", manifestó el portavoz jordano. "A veces se bombardea un país para conseguir que acepte las resoluciones del Consejo de Seguridad... Nosotros tenemos dos resoluciones muy famosas [refiriéndose a la 242 y 338 sobre Palestina]; así que vamos a ver ahora, todos los árabes, cómo se satisfacerí".