Suspenso en derechos humanos
La falta de garantías jurídicas preside los procesos por los últimos disturbios en Fez
El último informe sobre los derechos humanos en Marruecos, realizado a partir de los juicios de Fez contra manifestantes de los últimos disturbios del 14 de diciembre, no vana ni un ápice el diagnóstico negativo realizado por Amnistía Internacional en 1990. En dicho informe se asegura: "Es frecuente la detención, el encarcelamiento y los malos tratos a los abogados en el ejercicio de su profesión entre los que luchan a favor de los derechos humanos". Las asociaciones de derechos humanos afirman que en los disturbios han sido detenidas y juzgadas unas 880 personas, 600 de las cuales en Fez. No hay cifras fidedignas sobre las personas fallecidas en los enfrentamientos entre manifestantes y policía.
Elvira Posada y Silvia Ventura, abogadas delegadas por la comisión de defensa de los Derechos de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona, viajaron a Fez el pasado diciembre y sacaron las siguientes conclusiones sobre los juicios que están realizándose contra los detenidos en los disturbios: "Durante la detención se rebasó el plazo máximo de duración previsto por la ley. No se permitió leer el atestado a los encausados. Se les forzó a estampar la huella dactilar cuando no quisieron firmar de su puño y letra. Algunos atestados aparecen sin firmar. No se les permitió comer durante el periodo de detención. Se denunciaron numerosos casos de torturas físicas y de malos tratos. Los heridos no recibieron ningún tipo de asistencia médica hasta su conducción al tribunal".Las dos abogadas concluyen que los órganos de gobierno de la justicia no son independientes del Ejecutivo, no hay garantías en la fase previa del procedimiento judicial, la normativa procesal no ofrece garantías de un juicio justo, especialmente en lo que se consideran delitos flagrantes, y el ejercicio del derecho de defensa es imposible "al no permitirse la comunicación al inculpado con suficiente antelación a la vista, señalarse ésta sin unos plazos mínimos de antelación y no existir, incluso, en algunos supuestos la previa calificación fiscal".
Esta peculiar situación jurídica es lo que permite la práctica sistemática de la tortura, según indica la denuncia realizada por Amnistía Internacional (AI) en su informe del mes de febrero, rechazada con contundencia por el Gobierno marroquí. En el informe se cuenta de forma pormenorizada el catálo go de prácticas: golpes con cadenas, látigos, palos, mangueras, barras de metal y otros objetos; la falanga (golpes en las plantas de los pies con la víctima colgada); asfixia, con trapos empapados en agua sucia o un detergente fuerte; el avión o colgamiento con pies y manos atados a la espalda, en la que se aplica un peso para provocar asfixia y se combina con las anteriores torturas; el loro o colgamiento de pies y manos por delante con la cabeza inclinada hacia abajo; inmersión de la cabeza en agua, orina o excrementos; descargas eléctricas en parte sensibles del cuerpo; esposamiento permanente.
AI señala que las torturas no se aplican únicamente a los casos políticos. El documento recoge así el caso de un estudiante torturado por un "delito comercial". El informe eita seis casos de muerte sobrevenida durante la garde à vue. Respecto a estas muertes, la Administración marroquí asegura que se produjeron por causas naturales o por suicidio.
En cuanto a los presos políticos, el mismo informe de Al elaborado en septiembre de 1990 reconoce que hay "más de 300 presumibles o efectivos opositores políticos (...), incluyendo presos de conciencia y otros que cumplen sentencias que comprenden prisión perpetua y, en unos 15 casos, pendientes de condenas a muerte. Muchos de ellos fueron condenados en juicios no conformes con la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos".
Hassan II, en una entrevista concedida a un canal de televisión francés en el mes de diciembre de 1989, respondió así a las preguntas sobre presos políticos y violación de derechos humanos: "Si supiera que sólo un uno por ciento de lo que se dice en estos informes -que nunca he leído- existía, puedo asegurarle que no dormiría y que haría todo lo que pudiera para que esto terminara".
Los presos más veteranos de África
La última ejecución capital se produjo en Marruecos en 1982. Un preso, Ahmed el Khayari, permanece en la cárcel desde 1972 condenado a muerte por "atentar contra la seguridad del Estado". Pertenecía al grupo de los frentistas, de extrema izquierda. El Khayari es casi con total seguridad el preso político más antiguo de África, aunque el controvertido autor de Nuestro amigo el Rey, Gilles Perrault, asegura que es Abraham Serfaty, detenido en noviembre de 1974, quien sustenta la siniestra plusmarca después de la liberación de Nelson Mandela.Lo que no hay duda es que Serfaty, que cuenta con grandes simpatías internacionales, es el preso más famoso del continente. El rey aseguró a una comisión de Al en febrero de 1990 que le mantiene en prisión para evitar que el pueblo le ataque, pues con sus llamadas a la violencia y su apoyo a la inde pendencia del Sahara y al Frente Polisario se ha ganado la cólera popular. La misma argumentación utiliza para los otros presos políticos.
Un caso bien distinto es el de la familia Ufkir, formada por la viuda y los tres hijos de quien fue brazo derecho de Hassan II hasta el golpe de Estado frustrado de 1972 y su misteriosa muerte. Encarcelados y aislados del mundo desde aquella fecha, con la sola excepción de una fuga protagonizada en 1987 que volvió a situarles bajo los focos de laatención mundial, los tres desgraciados hijos del cruel general y traidor al Rey han quemado su infancia y juventud en las mazmorras, sin acusación ni juicio. Hassan II aseguró a una comisión de AI que pueden salir de Marruecos, pero queda un problema de herencias en el que no están de acuerdo el Estado y los Ufkir.
En enero de 1989, en una larga entrevista concedida por el rey Hassan II al director de EL PAÍS, Joaquín Estefanía., éste le planteó la siguiente pregunta: "¿Piensa el rey de Marruecos liberar a los presos políticos que según Amnistía Internacional permanecen en las cárceles del país?". Hassan II contestó que "lo iba a examinar [el problema de los presos]". Y añadió: "No me ha preguntado cuándo, pero no le haré esperar demasiado". Desde entonces, nada ha cambiado. Pero son muchos los que mantienen la esperanza de que el 3 de marzo, fiesta del trono y 30º aniversario de la ascensión de Hassan II a la jefatura del Estado, se produzca una amplia y generosa medida de gracia.
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