El descenso del 16,4% en el número de viviendas iniciadas confirma la crisis del sector
Los primeros síntomas de crisis económica no afectan tan sólo al automóvil, el turismo o el transporte aéreo. La vivienda se está convirtiendo en otra de sus víctimas. Los últimos datos de que dispone el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) muestran que, a finales de noviembre, el número de viviendas iniciadas había descendido un 16,24% respecto al mismo periodo de 1989. La vivienda libre, que protagonizó el boom de los años pasados, descendió un 14,09% y los proyectos visados por los colegios de arquitectos disminuyeron un 30%.
Las viviendas iniciadas en el periodo enero-noviembre de 1990 fueron 209,404, de las que 172.968 eran libres, y las 36.436 restantes comenzaron a construirse bajo protección oficial (VPO). El descenso más pronunciado se produjo, dentro de las viviendas protegidas en las de promoción pública, pues pasaron a totalizar 3.129 en 1990, frente a las 6.841 del año anterior.Tan sólo las VPO acogidas al régimen especial (dirigidas a compradores cuyos ingresos no superan dos veces el salarlo mínimo interprofesional) experimentaron un incremento del 33,64%.
Durante los 11 primeros meses del año las viviendas libres, que acapararon la actividad del sector en los años 1987 y 1988, también participaron del descenso generalizado ya que se iniciaron un 14,09% menos que en igual periodo del año anterior, cuando el boom, incluso, ya no era tan fuerte. Esta caída es, más significativa aún si se tiene en cuenta que de enero a noviembre se terminaron un 44,16% más de este tipo de inmuebles, cuya construcción estaba prevista y comprometida bastante antes de que comenzaran anotarse los síntomas de crisis.
Las construcciones terminadas en general experimentaron un alza del 16,90%, precisamente por el peso de la vivienda libre, ya que las de promoción pública, por ejemplo, descendieron un 47,95%, reflejando así la actividad del sector durante los últimos años, caracterizados por la fuga masiva por parte de los promotores desde las viviendas de protección oficial a la vivienda libre, alimentada por el impresionante aumento de los precios, fundamentalmente en las grandes ciudades.
Pero si algo está dando muestras de lo que será el sector en el corto plazo son los proyectos visados por los colegios de arquitectos, que a lo largo del año pasado, con la excepción de diciembre sobre el que todavía no hay datos, descendieron un 30%, volviendo a ser una vez más las viviendas libres el centro de la caída, con un descenso del 30,44% frente al 26,88% de las protegidas.
La crisis, sin embargo, no ha sorprendido en medios del sector, y aunque hay calificaciones para todos los gustos, se coincide al señalar que años atrás la euforia era excesiva y ahora se retorna a un nivel de actividad más real.
"Era previsible que sucediera algo así", dice el director general para la Vivienda y Arquitectura, Mariano de Diego. "En los últimos años", afirma, "se ha producido un gran aumento de la construcción de viviendas libres, con el consiguiente abandono por parte de los promotores de las protegidas. Y los elevados precios que han ido adquiriendo las viviendas libres han provocado han descenso de la demanda para este tipo de ofertas". El director general añade que por ello, "se está comenzando a notar un estancamiento, cuando no una bajada, de los precios".Promotores socialesDe Diego completa su análisis afirmando que "ese trasvase de actividades de los promotores motivó un vacío en la construcción de viviendas protegidas que aún no ha sido ocupado.Los promotores sociales (ayuntamientos, comunidades autónomas ... ) que están empezando a actuar pueden paliar esa carencia, si bien sus iniciativas aún no se reflejan en las estadísticas". El director general centra sus esperanzas "en el desarrollo de la construcción de viviendas de régimen especial, que ya tuvieron una favorable evolución durante 1990".Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Jesús Roa, responsabiliza más a la política monetaria que a la vuelta a la realidad de la "grave situación" que, a su juicio, atraviesa el sector. "Hay pocas inversiones, el suelo para construir es escaso y el coste del dinero es muy elevado".Roa estima que la política de restricciones monetarias ha perjudicado notablemente al sector, dado que "ha motivado que los tipos de interés se mantengan altos, lo que repercute tanto en los constructores como en los posibles clientes".Para el presidente de la CNC, las soluciones pasan por una relajación de las restricciones monetarias que arrastre a la baja los tipos de interés, así como por un mejor trato fiscal para el sector.Mayor pesimismo muestra aún el secretario general de la Asociación Nacional de Promotores Constructores de Eclificios, Manuel Martí, quien estima que "el sector inmobiliario está en una clara recesión, puesto que, siguiendo estrictamente la doctrina americana, lleva dos trimestres consecutivos registrando crecimientos negativos". Martí no está en absoluto de acuerdo con la explicación que ofrece la Administración, y achaca la crisis por la que atraviesa el sector "a la disminución de las ayudas oficiales, lo que ha provocado que los costes crezcan mucho más que los márgenes".
Mientras, Francisco Burgos, de Centro Inmobiliario Caja de Madrid, constata que "los precios se han estabilizado, debido a la incertidumbre que ha creado la situación internacional. El boom inmobillario ha cedido, y el sector tiende a recobrar lo que debe ser su nivel real". En este sentido, el director de la consultora inmobiliaria Healey-Baker, Richard Isola, cree que el verdadero problema es que "los precios se han disparado, y las economías domésticas no logran alcanzarlos".
En cuanto al empleo en el sector, el secretario federal de Ficoma-CC OO, Román Martín González, considera que "la población ocupada se sigue manteniendo en torno a 1.200.000 trabajadores, aunque datos como que el número de viviendas iniciadas sea menor que el de las terminadas indican que tarde o temprano se tendrán que traducir en paro".
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