Los muertos por cólera en Perú se elevan ya a 115

El número de víctimas como consecuencia de la epidemia de cólera en Perú se eleva ya a 115 personas y continúa incrementándose sin parar. Simultáneamente, crece la desesperación, tanto entre pescadores como entre comerciantes relacionados con la venta de pescado, una de las causas de la epidemia.

A la entrada del control de aduanas en el aeropuerto de Lima un cartel advierte : 'Paremos el cólera". Bajo este mismo lema, los periódicos anuncian a toda página instrucciones del Ministerio de Salud: 'Lavarse las manos con agua y jabón", "hervir el agua durante diez minutos" y "sólo comer los alimentos cocinados (fritos o hervidos)". Sigue el anuncio con la advertencia: "'De producirse la diarrea, tome abundante líquido o sales de rehidratación oral y acuda al centro de salud o al hospital más cercano. ¡Defiende tu familia!".Las campañas de prevención parecen tener un cierto éxito aunque sigue el goteo de muertes. Al menos, la mortandad se rnantiene en límites no catastróficos y con la asistencia hospitalaria parece que se consigue salvar la vida de casi la totalidad de los enfermos.

Según estimaciones del ministro de Salud, Carlos Vidal, el número de enfermos llega ya a 16.000 y existe una proyeccion de que la cantidad de infectados podría ascender a 200.000.

El problema más serio son las condiciones sanitarias del país, que suponen un caldo de cultivo ideal para las enfermedades infecciosas. Los análisis del agua del río Rimac demostraron que contenía bacilos de coli, que causan enfermedades tifoideas, y también se constató la presencia del temido vibrión colérico. Aunque el agua se depure y se convierta en potable, centenares de miles de personas carecen de instalaciones sanitarias. El 40% de los habitantes del puerto del Callao, al lado de Lima, beben agua con residuos fecales.

Cerca de los hospitales, a pesar de la prohibición municipal, centenares de ambulantes venden comida en condiciones higiénicas inadmisibles. La pobreza impide a estos vendedores renunciar a su fuente de ingresos y al mismo tiempo los consumidores no pueden permitirse el lujo de comer en lugares con mejores condiciones sanitarias.

Nuevos menús

Las acusaciones lanzadas contra el pescado como posible fuente de contaminación han tenido el efecto de cambiar los menús en los restaurantes de lujo de Lima. En vez de los tradicionales platos de pescado y ceviches se ofrecen ahora toda clase de variantes en lomos y pollos. La indignación de los mayoristas de pescado no tiene límites y acusan a las autoridades de la inminente ruina del sector. Para iniciar la contrapropaganda, los mayoristas han anunciado que durante los próximos cuatro días van a regalar toneladas de pescado, para demostrar así que ésa no es la causa de la epidemia. En una comida con miembros de su Gabinete, el presidente, Alberto Fujimori, hizo servir pescado, en un gesto para poner de manifiesto que se puede consumir el primer producto de la dieta peruana sin correr el riesgo de infectarse de cólera.Por otra parte, Luís Bambaren, obispo de Chimbote y presidente de Caritas en Perú, en una nota enviada a la embajada de ese país en España, solicita el envio de medicinas. España envió a Peril el pasado día 10 una ayuda valorada en siete millones de pesetas.