Rehenes por gestionar pagos
Cuando se produjo la invasión de Kuwait, el directivo de Grecsa Luis García Espinosa, al parecer acompañado de Francisco Llorca, se encontraban en Bagdad gestionando alguno de los últimos pagos iraquíes. Ambos permanecieron como rehenes durante varias semanas y, junto al resto de españoles en el país, abandonaron Irak tras las gestiones efectuadas por la diputada Cristina Almeida y el rector Gustavo Villapalos.Las obras que Grecsa efectuó en las citadas bases aéreas se realizaron durante la guerra irano-iraquí que concluyó en 1988, a pesar de que España se sumó a los países que asumieron el embargo militar contra los contendientes. Directivos de Grecsa afirman, no obstante, que toda su actividad fue legal.
Los movimientos de los técnicos españoles en Irak -a los que se les retenía el pasaporte al entrar en el país- eran vigilados constantemente por la seguridad iraquí. El respeto reverencial que los iraquíes tenían por Sadam Husein hizo que los españoles ni siquiera utilizaran el nombre del dictador en sus conversaciones habituales, para evitar cialquier posible suspicacia. Al hablar de Sadam, se referían a él como Manolo.
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