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Tomás Martín Tamayo

diputado extremeño del CDS, dejó perplejos a los distraídos parlamentarios del Congreso el martes. Este diputado, que defendía la reforma del Estatuto de Extremadura en su calidad de representante de la Asamblea autónoma, comprobó que su discurso no era seguido por la sala, y lo interrumpió diciendo: "Tengo, más que la sensación, la evidencia de que lo que digo no se está escuchando. En la Asamblea de Extremadura hemos mantenido discusiones muy vivas, hemos llegado incluso a veces casi a la agresión física. Pero no se ha llegado nunca a la peor de las agresiones parlamentarias, que es no escuchar a quien habla. Como tengo la evidencia de que no me quieren oír, dejo de hablar. Que tengan ustedes unos felices carnavales". Recogió sus papeles y bajó del estrado.

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