Susana Fujimori
La responsabilidad de una doble cultura
Susana Fujimori no duda de que la victoria en las elecciones presidenciales peruanas, el pasado junio, de su marido, Alberto, ha dado un nuevo rumbo a sus vidas. "Claro, que el cambio ha sido en las nuevas responsabilidades y proyectos, no en el número de: horas", asegura esta mujer que, a pesar de su apariencia inequívocamente oriental, expresa su alma peruana con una inconfundible cadencia en su impecable castellano. Su figura menuda y los ademanes suaves no ocultan el talante activo de esta mujer de 41 años, con cuatro hijos, que culminó ayer su visita privada a España con un almuerzo con los Reyes.Hija, al igual que su marido, de emigrantes japoneses, su doble perfil cultural supone para ella un doble compromiso con estas "nuevas responsabilidades". "Mi marido y yo somos uno de los últimos matrimonios entre nikis en Perú", explica. "Nos han educado con gratitud al pueblo peruano, lo que nos hace ciento por ciento peruanos, pero además recae sobre nosotros la responsabilidad de nuestra raza ancestral. Imagínese como lo hagamos mal, además ole los peruanos, se nos echarán encima los reproches de 100 millones de japoneses...", añade riendo.Aparte de eso, Susana, que estudió la carrera de ingeniería, vive esta dualidad como una ventaja y no como un obstáculo. Por ello se Identifica con los discursos realizados por su marido en su campaña electoral a favor de los marginados, pero calificando su vivencia de hija de emigrantes como una "marginación positiva". Como mujer, su integración en la cultura peruana le ha permitido escapar al tópico machismo del hombre oriental y desarrollar su faceta de mujer empresaria y militante en su tiempo libre, en programas de ayuda a la infancia, instalaciones escolares y médicas y proyectos de forestación.
Para ella fue una gran sorpresa que su marido decidiese lanzarse a la política al frente de un nuevo partido -Cambio 90-. Nadie apostaba por el desconocido ingeniero agrónomo, al que la prensa peruana apodó como El Chinito. Y admite que a ella también le sorprendió el triunfo de Alberto Fujirnori. "Él estaba segurísimo; yo me contentaba con un quinto puesto", dice.
"Tenemos fe y tenemos mística porque trabajamos por amor a Dios y a nuestro prójimo; el nuestro sigue siendo un partido independiente que tiene Perú, cuya afiliación, al asumir el poder, se llama Perú", asegura. Por ello, en su visita a España ha aprovechado para pedir, con vistas al V Centenario, la "cooperación de la madre patria en el campo económico y sobre todo técnico, para obras integrales de desarrollo en las áreas andirii Para ella, éstas son las claves para "ir eliminando de forma pacífica el terrorismo y el narcotráfico" en su país y "rescatar, a través de puestos de trabajo, la dignidad del pueblo peruano".
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