"El KGB está adquiriendo más poder y competencias"
Serguéi Grigoriants, de 49 años, es fundador y director del semanario independiente Glásnost (Transparencia). Como disidente, arrastra muchos años de cárcel, pero ahora su activismo se centra en influir el cambio democrático en la URSS, en peligro de ser machacado por los elementos más conservadores. Internado en el campo de Chistopol por propaganda antisoviética, fue liberado en 1987 por un indulto concedido por Mijaíl Gorbachov a intelectuales disidentes a petición de Andréi Sájarov.
Serguéi Grigoriants no sólo centra su actividad en el mundo de la comunicación, sino también en la política activa como copresidente de la Confederación de Sindicatos Independientes, actualmente en gestación.
Pregunta. ¿Qué pretenden usted y su grupo?
Respuesta. Nuestro objetivo es luchar por la democracia e informar de las cosas que ocurren en la URSS y que no se cuentan, como está ocurriendo con los asesinatos de popes. En septiembre fue asesinado Alexandr Men, un reputado pope pacifista. Se formó una comisión de investigación y uno de sus miembros también ha sido asesinado.
P. ¿Motivos políticos?
R. Es un intento de asustar a los intelectuales y a los círculos religiosos, que están adquiriendo una fuerza tremenda en la URSS. Los asesinatos no sólo se reducen a los popes. La labor de Men no sólo se encuadraba en el campo religioso, sino también en el de la defensa de los derechos civiles de la población.
P. ¿Quién puede estar interesado en los asesinatos?
R. Hay una serie de acontecimientos que se están produciendo en la URSS impulsados de manera más o menos oculta por la dirección del país a través del KGB. La represión en el Báltico es una prueba de que se están dando pasos hacia atrás. El KGB está adquiriendo más poder y competencias. Todo ello está originando una involución.
P. ¿Acaso el Kremlin está perdiendo las riendas?
R. El giro político en marcha se está dando con la participación activa del propio Gorbachov. Gorbachov se está rodeando de gente que le va a eliminar a la menor oportunidad. Hay indicios de ello. La fuerte censura impuesta a la prensa, los sucesos del Báltico, las nuevas patrullas mixtas del Ejército y del Ministerio del Interior en las ciudades, los asesinatos, la tensión intencionada que se está creando en la economía, la incorporación al Gobierno de personas de una determinada línea política...
P. ¿Se siente amenazado en esta situación?
R. Me siento perseguido. El año pasado un colaborador de Glásnost se lo pasó en la cárcel y otros dos fueron brutalmente agredidos por la policía.'Enemigos del Estado'
P. ¿Amenaza a la libertad de expresión?R. Si ya antes había poca libertad, en las últimas semanas sufrimos ataques directos. Ahora los periodistas son considerados como enemigos del Estado.Se producen agresiones contra los profesionales, se están cerrando periódicos pequeños en provincias, y programas muy progresistas del canal de televisión de Moscú han sido suprimidos de un plumazo.P. ¿Ocurre lo mismo con la libertad política?R. Por supuesto. Un indicio es la aprobación hace dos meses de la Ley de Ofensas al Presidente de la Nación, que de hecho significa cerrar toda posibilidad de crítica a Gorbachov.P. ¿Cuáles son las verdaderas intenciones de la dirección soviética?R. El equipo de Gorbachov ha cambiado en gran medida. Se fueron los progresistas y está llegando otra gente. Esto es debido a que Gorbachov y el KGB se han dado cuenta de que la perestroika ha sido negativa para ellos.
P. ¿Habrá marcha atrás?R. Eso ya no es posible. Hace 10 años las bases económicas y sociales del país se sostenían sobre el aparato del partido comunista, que abarcaba todo. Gorbachov ha destrozado su estructura y esto ha provocado la crisis que vivimos ahora.P. ¿Peligra la estabilidad?R. La estructura antigua de poder ha sido derruida. Las fuerzas democráticas no han creado otra. Existe un vacío de estructuras. La gente ha perdido el miedo y la única manera de volver a imponerlo es con el Ejército, con la violencia.
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