_
_
_
_
Tribuna:GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La tropa tiene frío

La tropa tiene frío. Los soldados de la 241 División de Infantería Mecanizada están sentados sobre sus vehículos, con sus capotes impermeables para abrigarse. En medio del barrizal, los británicos, envueltos en mantas, se acurrucan en los camiones, o se sientan en las tiendas de campaña, alrededor del chisporroteo de una estufa de petróleo. Ninguno hubiera podido creer que la temperatura cayera hasta casi los cero grados en el desierto saudí.

Se levantó el viento del Suroeste, soplando sobre la masa empapada de tierra gris, llenando de agua las depresiones y convirtiendo en trampas mortales las vías de abastecimiento, impregnadas de petróleo. En la cuneta yace un vehículo norteamericano Hurrivee, casi irreconocible tras su colisión con un camión. Algo más allá se ve un imponente carro de combate M1-A1, panza arriba en el desierto, con la torreta parcialmente enterrada en el barro. Un soldado vigila en solitario por encima de la mole volcada. Muchos norteamericanos se han protegido el rostro del viento con toallas. Los británicos, con mejor sentido de la costura, marchaban en sus columnas de aprovisionamiento envolviendo sus rostros con panuelos árabes y protegiendo sus ojos con gafas de sol.

A través del desierto, en la lejanía, se pueden oír los estampi dos de las baterías de los marines bombardeando al enemigo iraquí. En cierto sentido, la gran batalla terrestre ha comenzado ya. Pero la mayor parte de las tropas aquí desplegadas no ha cen sino esperar."

"¿Es esto Arabia Saudí?"Los norteamericanos maldicen la lluvia, la falta de alcohol y de mujeres, pero demuestran una gran lealtad hacia sus colegas con los que quizá pronto tengan que hacer frente a la primera, o quizás la última, prueba de sus vidas. Los británicos tienen las caras enrojecida! por el frío y el sol y una extraña falta de emoción sobre la guerra.

No se trata de patrioterismo exaltado o falso coraje. Interrumpid a los soldados británicos en su descanso y los veréis en busca de un periódico o los hallaréis con el correo en que descargan el corazón. "Los yanquis encuentrarí esto muy frío, pero no es tan, malo como Salisbury Plain o como Alemania", proclama un cabo. "Aun así, pensábamos que haría calor, no que helara así. ¿Es esto Arabia Saudí?".

En la parte trasera de un camión británico, un descendiente de Tommy Atkins sintetizaba su pensamiento así: "Creo que todos sabíamos que se llegaría a esto. Quiero decir, el tipo éste no iba a retirarse, ¿no?; así que hemos tenido que entrar. Creo que en realidad nadie pensaba que la guerra aérea fuera a solucionar la cosa, ella sola. Claro que esto va a ser peligroso, pero somos muchos, ¿no?Las especulaciones cobran todas las formas y tamaños. He aquí la de un sargento de la 41 Brigada Acorazada: "Desde nuestro punto de vista, es mejor temprano que tarde, porque no queremos estar holgazaneando, preferimos superarlo todo cuanto antes; pero, si la cosa se retrasara y los bombardeos hicieran el trabajo, entonces sí, sería mejor. quedarse así". Una buena risotada jaleó esta muestra de sentido común.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Todo el que está en el desierto parece un tanto sorprendido de que la guerra aérea siga adelante. La lluvia que riega las tiendas de campaña y los capotes de los soldados da una respuesta: con el cielo cubierto no puede haber campaña aérea, y con. lluvia no puede haber una gran ofensiva; de manera que todos se hallan a la espera.Los norteamericanos han decorado el interior de sus cabinas y vehículos acorazados con fotos de chicas; con postales, caricaturas, mensajes personales e instantáneas de novias. En las tiendas de campaña británicas hay periódicos viejos y novelas.Poca atención les merecen los soldados en cuya tierra musulmana esperan la guerra. Los saudíes lucen uniformes de camufiaje color chocolate, parecidos a los norteamericanos pero de material más fino y barato; con sus camiones y sus vehículos acorazados de un color marrón arenoso, más claro que los del ejército que el rey Fahd llama fuerzas amigas.

Los saudíes son pequenos, de reluciente dentadura blanca, y a menudo con barba. Su desconocimiento del inglés les aísla de británicos y norteamericanos. A veces se les ve rezando, Junto a sus vehículos.

Coppyright The Independent / EL PAÍS.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_