EE UU afirma que Irak repara a marchas forzadas las pistas de aterrizaje destruidas por los aliados
Los servicios de información norteamericanos, utilizando material procedente de sus satélites espías, confirmaron ayer que los equipos de ingeniería iraquíes están reparando a marchas forzadas las pistas de aterrizaje destruidas la pasada semana por los Tornado británicos. Las fotografías indican que las tareas de reconstrucción se efectúan con rapidez y que va a ser necesaria una nueva oleada de ataques para neutralizar la fuerza aérea enemiga. La batalla de Kuwait aún no puede comenzar, porque las fuerzas iraquíes todavía no han sido neutralizadas, pese a los intensos bombardeos.
El general Norman Schwarzkopf, jefe de las fuerzas aliadas, anunció ayer en Riad que, el pasado sábado, dos aviones de combate estadounidenses F-15 derribaron cuatro MIG-23 iraquíes, que durante las últimas 48 horas no ha sido abatido ningún aparato aliado y que son ya 39 los aviones de Irak que han aterrizado en Irán, cifra muy por encima de los siete que admite Bagdad.Según el general, responsable de la Operación Tormenta en el Desierto, en los primeros nueve días de guerra se han efectuado 22.000 operaciones aéreas en las que sólo han sido derribados 26 aviones aliados (Irak eleva esta cifra a casi 200). El militar explicó que en los próximos días la coalición continuará atacando las fuerzas aéreas enemigas. Las operaciones de combate seguirán teniendo un objetivo claro: cortar las comunicación entre las tropas iraquíes estacionadas en Kuwalt y las que aún se encuentran desplegadas en Irak y eliminar las rampas de lanzamiento de los misiles Scud.
Las operaciones de tierra continúan siendo limitadas y en el mar se han producido diversos encuentros con patrulleras iraquís que estaban colocando minas en el golfo Pérsico.
Intervención en tierra
Las diferencias entre las fotografías tomadas después de los ataques y las que obran ahora en poder del Pentágono son elocuentes: los iraquíes sufrieron graves daños, pero su capacidad de reacción es buena. Algunos oficiales del Pentágono sostienen la teoría de que la fuerza aérea no podrá neutralizar al cien por cien las fuerzas iraquíes y que la intervención armada por tierra será la única forma de conseguir la victoria sobre las fuerzas de Sadam Husein.
La destrucción de las pistas de los aeropuertos iraquíes fue uno de los logros más destacados la pasada semana por el general Colin Powell, jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos, para justificar que la operación Tormenta del Desierto estaba cumpliendo sus objetivos en el tiempo previsto. Powell explicó que los Tornado habían lanzado bombas JP-233 sobre las pistas para crear cadenas de cráteres que inmovilizaran los aviones en el interior de sus hangares.
Las JP-233 están diseñadas para provocar profundas zanjas y destruir así pistas de cemento o carreteras y dejarlas inutilizadas durante un largo periodo de tiempo. Las fotografias que se han captado indican que muchos aeródromos podrían estar reparados antes de lo previsto.
"Estamos enfrentados con un enemigo eficaz, que sabe cómo trabajar, cómo resolver los problemas y que tiene ingenio", dijo Powell mucho antes de tener datos más concretos sobre la capacidad real de reacción de los iraquíes. Las fotos espías refuerzan la teoría de que la batalla por Kuwait debe retrasarse hasta que exista lacerteza absoluta de que la capacidad aérea iraquí está completamente anulada. El Pentágono confia, sin embargo, en que las fuerzas aliadas conseguirán ese objetivo en las próximas semanas.
Un portavoz británico anunció que las últimas operaciones realizadas por los Tornado británicos y los Jaguar franceses habían alcanzado sus objetivos sin registrar bajas. Concretamente, los Jaguar destruyeron, según esta fuente, varios silos de misiles Silkworm, de fabricación china. EE UU ha recibido la garantía de Irán de que éste país permanecerá "totalmente neutral" durante el conflicto del golfo Pérsico.
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